Barrales en su tinta
El autor dispara contra la voracidad del poder, la homofobia, el choque entre la legalidad y la ética, la banca usurera, las fanfarronerías mediáticas de Bonvallet y de los que "aprendieron de él a rotear y a ningunear", el faranduleo ideológico, las farmacias coludidas o el criterio mercantil que operaba en distintos niveles de la vida cotidiana.
Tal como lo había hecho en obras como H.P. (2007) o Niñas araña (2008), el dramaturgo Luis Barrales miró la actualidad noticiosa, afinó el oído en la calle, juntó rabia y escribió. Semana a semana, entre abril de 2009 y marzo de 2010, mantuvo una columna dominical en el hoy extinto suplemento LCD del diario La Nación. Barrales disparaba contra la voracidad del poder, la homofobia, el choque entre la legalidad y la ética, la banca usurera, las fanfarronerías mediáticas de Bonvallet y de los que "aprendieron de él a rotear y a ningunear", el faranduleo ideológico, las farmacias coludidas o el criterio mercantil que operaba en distintos niveles de la vida cotidiana.
Una recopilación de esos textos a cargo de Rodrigo Quiroz, ex editor de LCD, es la que encontramos hoy en el libro Hecho bolsa, publicado por Editorial Cuneta. A veces en verso, a veces con la herida abierta, a veces sirviéndose del humor negro, Barrales entrega su opinión como quien lanza un misil. Así lo hace, por ejemplo, en la columna "Chile feo", fechada en noviembre de 2009: "Creemos firmemente en la idea del progreso y por eso llenamos de momios los sillones del Congreso, nos dejamos influir por los flashes y oropeles, aquí salió elegido el que puso más carteles (…) no pensamos por nosotros para elegir al que nos manda, repetimos como loros lo que dice la propaganda: todo lo malo de Chile es por culpa del Estado, mientras lo bueno y lo bonito es esfuerzo del privado". Barrales en su máxima expresión.
"Hecho bolsa", de Luis Barrales.
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