A fines de enero, los grandes importadores de baterías de vehículos —Gildemeister, Derco, Etna y Emasa— enviaron una carta al gobierno expresando su preocupación porque en Chile la actual normativa les impide exportar baterías en desuso, producto de que no existe la capacidad de reciclarlas. En Chile tampoco hay fabricación de baterías. La respuesta aún no llega, según los importadores.

Un informe encargado por el Ministerio de Economía en agosto pasado indica que en 2014 ingresaron al país 1.684.186 baterías de plomo para vehículos de todo tipo, y 117.966 baterías estacionarias de mayor tamaño (se usan por ejemplo en las estaciones de telefonía móvil), generando 50 mil toneladas de residuos contaminantes al año. El informe proyecta que, a 2020, las baterías en desuso llegarán a 70 mil toneladas anuales. La única empresa autorizada en el país para reciclar y fundir plomo está en Calama y está sumariada por Salud.