¿Qué heredamos? ¿Qué nos hace realmente diferentes? ¿Qué es una frontera? Esas son algunas de las preguntas que rondan en la obra Límites, dirigida por el actor y dramaturgo Ítalo Gallardo.
Las preguntas no tienen respuestas, pero permiten a sus seis protagonistas, tres chilenos y tres argentinos, indagar en temas históricos comunes para desplazarse luego a sus infancias, sus genealogías y sus diversas marcas de identidad.
El hito principal que los convoca es el conflicto por la soberanía de varias islas al sur del canal Beagle, protagonizado por ambos países en 1978. ¿Qué habría pasado si tras las hostilidades los países se hubieran unificado?, se preguntan unos y otros. Y lo que sigue es una suma de interrogantes, planteadas como términos excluidos: ¿Los Prisioneros o Soda Stereo? ¿Borges o Neruda? ¿Dulce de leche o manjar?
Y aunque la guerra no se produjo, las proyecciones sobre las identidades cruzadas siguen siendo válidas. Apostando por el biodrama y el teatro documental, Gallardo se vale de materiales de archivo, objetos, proyecciones, cámaras y testimonios a micrófono abierto de los seis performers para trazar los mapas de estas biografías, personales e históricas al mismo tiempo.
El resultado es una obra fresca y conmovedora, que parte de lo territorial para pensar en los límites sexuales, políticos, idiomáticos, afectivos o biológicos. Las fronteras aquí van desde la cordillera de los Andes, que nos separa y nos vincula, hasta los códigos genéticos de cada individuo en escena.