Termina el 2017 y revista Qué Pasa elige al Personaje del Año.

Tras el contundente resultado del domingo pasado no cabía duda de que esta distinción debía recaer en Sebastián Piñera, quien hace diez meses definió que empezaría una nueva aventura presidencial.

En este período el ex presidente no sólo debió sortear una competitiva elección primaria en Chile Vamos, sino también enfrentarse al gobierno de Michelle Bachelet, la misma a quien entregó el mando presidencial en 2014 y a quien desde un inicio criticó por la agenda reformista que lideró desde su llegada a La Moneda.

A esa agenda, al deterioro del crecimiento y a la crispación política se enfrentó Piñera desde que comenzó su campaña. "Tiempos mejores" fue el eslogan que levantó. El objetivo, llegar a La Moneda. Sabía que no sería una tarea fácil.

Pero el domingo 17 de diciembre Piñera no sólo derrotó a Alejandro Guillier y a la coalición oficialista. Se transformó en el presidente más votado (cambios de padrón y sistema electoral mediante) desde el retorno a la democracia. Su figura logró alinear a una coalición que zigzagueó durante cuatro años, pero que fue capaz de apoyar a un candidato competitivo.

Piñera sumó casi el 55% de los votos y fue capaz de dejar en estado terminal a una coalición de gobierno castigada por la ciudadanía y que naufragó en el relato de su programa. Se levantó como una figura de consenso, continuadora del éxito que mostró el país desde 1990 en adelante, discurso que en la gente resuena y hace sentido.

Logró, con estrategia, sumar 3,8 millones de votos, avanzando así en el anhelo que desde siempre le ha quitado el sueño: ocupar un lugar de privilegio en la historia de Chile.

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@jonaspreller