A primera hora de este lunes, la ministra (s) de Educación, Valentina Quiroga, visitó junto al vicepresidente ejecutivo de la Cruch, rector Aldo Valle y el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, el Liceo Industrial Eliodoro Gracía Zegers, para monitorear la rendición de la Prueba de Selección Universitaria 2016 (PSU).
En medio del proceso que alcanzó su mayor convocatoria histórica, con más de 280 mil inscritos, y que determinará qué estudiantes podrán acceder por el puntaje obtenido en estas evaluaciones a programas y planteles de educación superior, las dudas en torno a los cambios que se plantean en la reforma y la lógica de la gratuidad para 2016, han sido punto obligado del debate de la jornada (ver recuadro inferior).
Si bien el gobierno anunció desde la presentación de la propuesta de presupuesto 2016 que Educación sería el ítem clave y que concentraría "uno de cada cuatro pesos", la tramitación del erario y la consideración de la gratuidad dentro de éste como una glosa, abrió un flanco de críticas transversales en las autoridades universitarias y también al interior del propio oficialismo.
A esto se suman los cambios en el discurso por el plazo de ingreso de la reforma a la educación superior, que inicialmente el Ministerio de Educación planteó que se realizaría en diciembre, aun cuando Sergio Bitar, integrante del consejo consultivo recomendó postergar y dividir la propuesta.
El ex ministro aseguró a comienzos de noviembre que "el plazo de diciembre sería extremadamente prematuro" y que "en enero y febrero no hay actividad mayor, son meses en los que puede avanzar una propuesta". En este contexto, también los dardos han apuntado a los cambios en el discurso sobre las fechas. Así, mientras Adriana Delpiano afirmó que en enero recién el proyecto vería la luz, la presidenta Bachelet salió a asegurar que el envío se haría en diciembre.
El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, afirmó el domingo en La Tercera que los criterios sobre la gratuidad están definidos, pero "¿qué pasará hacia el futuro? Tenemos que discutir esto en una ley que entrará al Congreso en diciembre".
Las palabras del jefe de las finanzas no contribuyeron a calmar el ánimo de los rectores, que desde que comenzó a discutirse el mecanismo y los cambios para el sistema de educación superior, han elevado el tenor de sus críticas cruzadas y al gobierno.