En general, la relación del alcalde Jorge Sharp con su concejo municipal, pese a no tener mayoría, había sido de paz, tanto con los sectores de la ex Nueva Mayoría como con la derecha. Sin embargo, para este año la pista para el alcalde frenteamplista se pondrá más pedregosa. El primer traspié ocurrió cuando en febrero se acordó poner freno al plan regulador que impulsa el municipio. Esta actitud más opositora, comentan cercanos al alcalde, podría ser una constante con la llegada al gobierno de la derecha, que buscará, según dicen, opacar la gestión de Sharp, que, hasta ahora, era bien evaluada transversalmente.

El alcalde prepara una batería de proyectos para este año, enfocandos principalmente en temas de salud y vivienda. Para salud se contempla el proyecto de un laboratorio clínico comunitario, además de hacer una petición al Estado con el fin de conseguir mayores fondos per cápita para los Cesfam.

En vivienda, en tanto, se propondrá una nueva política pública, que involucre más recursos para subsidios especiales, además de impulsar un banco de suelos con terrenos comprados por el Estado en los cuales se puedan construir viviendas para los porteños. Sharp el día del cambio de mando lucía una chapita con su proyecto de vivienda.