En junio de 2015 el Ministerio del Interior convocó a una cumbre policial que reunió a Carabineros, la PDI y el Ministerio Público. La idea era recomponer las relaciones que, según el actual gobierno, habían quedado dañadas desde la anterior administración de Sebastián Piñera. El diagnóstico del subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, era que cada actor corría por su propia cuenta, a veces topándose o derechamente compitiendo entre ellos.
Tras esto, se ideó un plan de trabajo en conjunto dividiendo el país en macrozonas. Según comentaron desde el gobierno, ese trabajo ha dado resultados y no se vería empañado por el conflicto que hoy mantiene en pugna a Carabineros con la Fiscalía.
En La Moneda resaltan que en la zona norte del país, gracias a este plan, se han registrado importantes incautaciones de drogas y tráfico de cigarrillos; mientras que en el sur también han existido logros, luego que se desbaratara, hace algunas semanas, una banda dedicada al robo de madera. Hasta ahora, el balance de esta nueva relación que se pretendió establecer entre los órganos persecutores es positivo y no se habría visto perjudicada por el actual conflicto de las policías. Por ello, se espera que continúe operando sin novedad, al menos, hasta marzo.