En un principio, Yorka Pastenes (27) tocaba sola. Así fue como editó Canciones en pijama en 2013, bajo el sello GatoRuso, un disco pop en el que las protagonistas eran su guitarra y su voz. Eso duró hasta que vio un video de Perotá Chingó, el dúo argentino conformado por Lola Aguirre y Julia Ortiz. Le gustó cómo se fundían sus voces y le pidió a su hermana Daniela, cinco años más chica, que la ayudara con la suya para una canción llamada "Cursi". Cuando escuchó el resultado, se replanteó todo el proyecto: "Así quería que sonaran todas nuestras canciones. De ahí en adelante no nos separamos más y ha sido una de las mejores decisiones de mi vida", dice. Y tiene razón: las armonías vocales de Daniela enriquecen las canciones, las hacen brillar. Juntas, bajo el nombre Yorka, editaron en 2015 el disco Imperio y en 2017 hicieron una gira que las llevó desde La Serena hasta Puerto Montt. También incorporaron una nueva integrante a su banda: Macarena Nieto, que las acompaña sobre el escenario en todos sus shows, interpretando las canciones en lenguaje de señas.
Por estos días, Yorka y Daniela están grabando un nuevo disco, Humo, y ya han lanzado dos sencillos: "Y bailamos tanto" y "Miedo", dos canciones pop tranquilas y cuidadas, con todos los rasgos del grupo: una batería preponderante, dos guitarras y la voz de ambas hermanas. El disco saldrá editado en 2018 por el sello penquista Beast Discos (casa de Niño Cohete, Planeta No, Colombina Parra y Fármacos) y es Yorka quien compuso y produjo (con Pancho Ugarte) todos los tracks.
—¿En qué pensabas al escribir las canciones?
—El nuevo disco es la imagen de un momento de crecimiento importante de mi vida. Hubo quiebres y comienzos que me marcaron. Me siento muy afortunada de poder plasmar esos sentimientos en canciones, y escuchar luego mi diario de vida. Es un disco muy especial, la Daniela estuvo más presente en las composiciones y en la construcción de esta narración.
—¿Cómo se les ocurrió integrar el lenguaje de señas a sus presentaciones?
—Fue el destino. Todo nació a partir de un concurso en el que Macarena Nieto nos envió una versión de una canción en lenguaje de señas. Todo hizo clic y la verdad es que comenzó a fluir, fue algo tan importante e intenso que empezó a andar solo. Es increíble el impacto que ha causado y causa en cada show: su rol es importante y necesario.
—¿Cómo han sido sus "giras mochileras" tocando por Chile?
—A mí, en particular, lo que más me gusta es conocer a las personas y los lugares. Es tremendo desafío ir a mostrar tu trabajo a otros escenarios, es como estar jugando un videojuego e ir pasando etapas. Por otro lado, es bacán cantar tus canciones a caras nuevas y conectar con otras ciudades. Las giras son como las pruebas semestrales: hay que poner en práctica todo lo aprendido en el año.