A lo menos tres reuniones han sostenido en las últimas semanas Ricardo Lagos y Camilo Escalona en la oficina del ex presidente en calle Roberto del Río con Eliodoro Yáñez, en Providencia. Hasta ahí ha llegado el actual vicepresidente del PS para motivar a Lagos para que sea candidato presidencial y comprometerle el apoyo y trabajo de la facción que él lidera en el socialismo: la Nueva Izquierda.

Lagos y Escalona —dos viejos conocidos cuyas carreras políticas han estado marcadas por encuentros y desencuentros— están conscientes de que la decisión de Isabel Allende de ser candidata presidencial es un factor que mantiene congelada la decisión de Lagos. Por ello, el comentario realizado por la presidenta del PS a sus cercanos de ser eventualmente candidata a senadora por la Quinta Región, siguiendo el legado de su padre, terminaría allanándole el camino al ex presidente.