Poco y nada durmió el fiscal regional de La Araucanía, Cristián Paredes, la madrugada del miércoles recién pasado. Poco antes de las tres de la mañana y cuando el triunfo de Chile sobre Venezuela era sólo un buen recuerdo, Paredes estaba enfocado en ultimar los detalles del operativo "Operación Lumahue". Éste tenía como objetivo la detención de once personas sospechosas del crimen del matrimonio de Werner Luchsinger y Vivianne Mackay, ocurrido el 4 de enero de 2013.

Las detenciones paralelas, llevadas a cabo sin disparar un tiro, se transformaban así en el gran golpe del fiscal de La Araucanía desde que asumió en agosto de 2013. El abogado llevaba seis meses preparando el caso, que trabajó en secreto, sin filtraciones, como le gusta al fiscal nacional, Jorge Abbott. Pero la indagatoria sobre el crimen de la pareja de ancianos no fue el único caso que mantuvo ocupado a Paredes en los últimos meses de 2015.

También le tocó hacerse cargo del Caso Caval mientras el titular de la causa, Luis Toledo, postulaba a Fiscal Nacional. Pese a no ser elegido, Toledo igual llegará al edificio de la Fiscalía Nacional, ya que ocupará la dirección de Drogas dejando vacante el cupo en Rancagua. Caval y Paredes podrían volver a encontrarse.

En su círculo no descartan que el fiscal de La Araucanía postule para trasladarse a la región de O'Higgins, con lo que tendría que dejar en manos de otro fiscal regional la resolución en un eventual juicio oral del caso Luchsinger-Mackay. La pelota la tiene Paredes.