Finalmente, y tal como fue la apuesta central del gobierno en la aprobación de gratuidad rindió frutos. Así lo demostraron los resultados de la encuesta Adimark correspondiente a enero, la primera medición de 2016.

En esta versión del estudio, la presidenta Michelle Bachelet logró un 28% de aprobación, cuatro puntos más que diciembre. La desaprobación también disminuyó de manera considerable, de 71% a 64%.

Así, tras un 2015 difícil, en que la popularidad de la mandataria se vio seriamente dañada por el caso Caval y la incertidumbre entorno a sus principales reformas, sobre todo la reforma educacional, quedó probada la tesis del gobierno de que, a medida de que las personas pudieran sentir de manera tangible sus beneficios, la encuestas volverían a mostrar número positivos.

El trabajo de campo de la encuesta se produjo en medio de los resultados de la PSU, el proceso de matrícula y los 24.000 jóvenes que serán beneficiados con la gratuidad en sus estudios universitarios. Este fue el principal factor que despegó el principal repunte en su popularidad desde octubre del año pasado.

Los factores del aumento

Al revisar el alza por segmentos, se percibe que el alza de Bachelet se vio impulsada por una mejor imagen en los hombres (+7%), y en especial, en el nivel socio económico bajo, (+9%), donde aumentó de un(+7%), y que sería el principal beneficiado con la gratuidad. También la aprobación de Bachelet se disparó en 11 puntos entre aquellos que identifican con el centro, y en menor medida entre quienes se sitúan a la derecha y a la izquierda del espectro político.

Respecto de la medición de áreas de gestión, educación -que suele ser una de las más conflictivas- se ubicó en un histórico segundo lugar con 41%, detrás sólo del manejo de las relaciones internacionales que siempre ocupa el primer puesto. El aumento en educación fue de 10 puntos. Esto se condice con la evaluación de la ministra Adriana Delpiano, quien se llevó el alza más significativa del gabinete: con 9 puntos extras alcanzó un 43% de aprobación

Aunque educación manda, no es la única área en que mejoró la evaluación del gobierno. También lo hicieron economía (+8%) y empleo (+5%) , lo que coincide con que en enero, pese a las malas noticias por el precio del cobre, el desempleo cayó a su tasa más baja en los últimos dos años: 5,8%. Por otra parte, aun cuando le significó un flanco de conflictos con su ministro del Interior, el sorpresivo y poco comunicado viaje de la presidenta a la Araucanía también logró sacar puntos, con aumento del 17% al 23%. 

El manejo de la corrupción en los órganos del Estado y la lucha contra la delincuencia no sufrieron cambios significativos, y pese a que su discusión fue parte de la agitada agenda legislativa de enero, se mantuvieron como las áreas peor evaluadas con 13% y 10% respectivamente, cifras similares a las de los últimos tres meses.

Pese a los brotes verdes que trajo esta primera medición del año para la mandataria, que comenzó esta semana sus vacaciones en Caburgua, la aprobación del gobierno no alcanza a superar la barrera del 30% de aprobación en la que se ha mantenido por los últimos 9 meses.

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