Hasta el martes, el gobierno tenía la certeza de que los 21 senadores de la Nueva Mayoría, incluyendo al PS Fulvio Rossi –quien regresó de su licencia médica sólo para votar- estaban alineados y votarían a favor de la propuesta del gobierno para suceder a Ramiro Mendoza en la Contraloría. Pero, se necesitaban 22 votos para ratificar al abogado Enrique Rajevic. Es decir, un voto más que, a la postre, resultó completamente esquivo. Las esperanzas estaban puestas en el ex RN Antonio Horvath, el senador UDI Iván Moreira e incluso en el presidente de la UDI, Hernán Larraín, de quien Rajevic fue ayudante en su cátedra en la UC. Ninguno de ellos dio su brazo a torcer transformando la votación en una fuerte derrota política para el gobierno.
1.¿Qué pasará con el capital político de Burgos?
"He estado trabajando, intentando convencer a los dudosos, El Senado se pronunciará el martes y no he recibido ninguna instrucción de la Presidenta para retirarlo. Enrique es un gran profesional muy bien preparado, como lo acreditan todas las personas, de distintas corrientes políticas, que trabajaron con él en el Consejo para la Transparencia. Me gustaría que tuviera el mayor número de votos posibles", dijo el ministro Burgos en entrevista a El Mercurio. "Si se rechazara, es una derrota para Enrique, que no se lo merece y particularmente para mí, porque yo se lo propuse a la Presidenta. Estoy optimista, pero no confiado". Estas declaraciones fueron tomadas como un aviso en La Moneda que confirmaba lo que se venía rumoreando: si Rajevic no era ratificado, Burgos presentaría su renuncia, lo que fue descartado en días posteriores desde Interior.
El ministro del Interior apostó todo su capital político en la postulación de Rajevic y, terminado el partido, perdió mucho más de lo que ganó. A la salida de la votación se lo vio muy frustrado, intentando traspasar la responsabilidad a la oposición, aunque no dio ninguna pista sobre si iba a renunciar. Por el momento, tampoco puede: debido a la visita de la presidenta Bachelet a Ecuador, tendrá que asumir como vicepresidente.
2.La falta de diálogo
Tanto en la oposición, como sobre todo en el oficialismo, se explicó la derrota por la incapacidad del gobierno, reflejada en Burgos, de abrir un diálogo con todos los sectores para designar al sucesor de Ramiro Mendoza. Porque más allá de las aprensiones que tenían los senadores respecto del propio de Rajevic, los senadores de la oposición declararon haberse visto sorprendidos con su nombre, debido a que nunca fueron consultados previamente. Y a pesar de que Burgos logró convencer a los "dudosos" -en particular a los senadores Pedro Araya y Alfonso de Urresti- de todas formas al final del día criticaron la falta de comunicación por parte del ministro del Interior.
3.La efímera unión de la Nueva Mayoría
Si bien Burgos, a minutos de entrar a la sala, y ayudado por los otros ministros del comité político, en particular de Marcelo Díaz, consiguió alinear a la Nueva Mayoría, lo que le sirvió para achacarle a la oposición el rechazo de Rajevic, a la salida quedó demostrado que no era más que una ilusión: los senadores del oficialismo hablaron de una dura derrota que terminó exponiendo a la presidenta.
Habrá que ver qué lecciones toma el Ejecutivo con miras a la designación del próximo fiscal nacional que debe anunciarse mañana, cuando se cumpla el plazo fatal y probablemente sea la próxima batalla gobierno-oposición en el Senado.