La inauguración de las fiestas patrias el año pasado en el Parque O'Higgins estuvo cargada de aplausos y gestos. Por primera vez dos mujeres –la presidenta

Michelle Bachelet

y la alcaldesa

Carolina Tohá

– encabezaban el acto oficial y ambas bailaron con sus hijos –

Sebastián Dávalos y Emilio Salinas

– el tradicional primer pie de cueca.

En esa oportunidad, Bachelet, incluso, pronunció una aplaudida paya:

"Brindo por nuestro destino, por Chile y todas sus gracias, su gente y su democracia, pero no lo tomen a mal, que hay que ir diciendo chaíto al binominal / No nos hacemos los lesos con las tareas necesarias, y ya se aprobó en el Congreso la reforma tributaria / Partiendo en la parvularia, financiara la educación, que impulsa la integración gratuita y de calidad, y hasta la universidad para toda la población / Con la agenda de energía y de innovación, la desaceleración pronto será revertida, para que la patria querida retome su crecimiento y pongamos el acento contra la desigualdad, que un Chile con equidad es un Chile más contento".

Pero no sólo este jueves 17 podría ser tenso. Al día siguiente, el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, encabezará el Te Deum en medio de fuertes cuestionamientos de parte de políticos, a raíz de la polémica generada tras la publicación de sus correos electrónicos con el cardenal Francisco Javier Errázuriz, en los que vetan a Felipe Berríos como posible capellán de La Moneda.

Este año, sin embargo, la mandataria tiene poco que celebrar. Siguiendo la tendencia de la CEP, la presidenta cayó dos puntos en la encuesta Cadem de esta semana, llegando a su mínimo histórico de 20%. La desaprobación, en tanto, alcanzó un 72%.

El mismo estudio arrojó, además, que el 70% rechaza la gestión de su gabinete y sólo el 17% lo apoya. Ante la pregunta ¿cuáles son los casos judiciales en curso que han afectado de forma más grave la confianza hacia el sistema político?, la mayoría respondió el caso Caval.

Pero no sólo este jueves 17 podría ser tenso. Al día siguiente, el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, encabezará el Te Deum en medio de fuertes cuestionamientos de parte de políticos, a raíz de la polémica generada tras la publicación de sus correos electrónicos con el cardenal Francisco Javier Errázuriz, en los que vetan a Felipe Berríos como posible capellán de La Moneda.

Los presidentes de los partidos de la Nueva Mayoría anunciaron que no asistirán a la Catedral Metropolitana y la ministra Ximena Rincón puso en duda su presencia. Ante ello, el subsecretario Mahmud Aleuy, debió remarcar la postura de La Moneda: "Hay una actividad formal del gobierno y es deber de las autoridades acompañar a la presidenta".

Otro flanco incómodo para Bachelet será su participación en la Gala del Teatro Municipal, donde presenciará –junto a las máximas autoridades del país– la ópera Los dos Focardi, de Giuseppe Verdi, que transmitirá Televisión Nacional a las 22.35.

La relación de su contenido –está basada en una obra de Lord Byron (1844) que relata la historia del dux, principal dirigente de Venecia, Francesco Foscari, quien renuncia luego de exiliar a su hijo Jacopo por traición a la patria– con el caso Caval, ha sido comentario en varios medios esta semana.

Incluso hace poco más de un mes, desde el ministerio de Cultura que dirige Ernesto Ottone, se advirtió a la jefa de gabinete, Ana Lya Uriarte, que el contenido de la opera podría prestarse para polémicas.

El sábado 19, la Parada Militar también tendrá una cuota de tensión, considerando que, desde varios sectores, se ha filtrado que Bachelet evaluaría cerrar el penal de Punta Peuco, y que en la propia Nueva Mayoría no han caído bien algunas actitudes del comandante en jefe del Ejército, general Humberto Oviedo, vinculadas con temas como los cuadros que aún existen de Manuel Contreras en dependencias de la Academia de Guerra.

Quizás por lo anterior, hasta ayer no estaba claro si Bachelet concedería la ronda de entrevistas a los noticiarios de televisión que, desde hace varios años, se convirtió en una tradición de estas fiestas.