La fría mañana del 11 de julio, el mismo día que nació el "realismo sin renuncia" en el estadio San Jorge en Las Condes, la presidenta Michelle Bachelet le encomendó una tarea a su ministro de Hacienda que, por entonces, fue poco publicitada: estudiar un mecanismo que "limite el reajuste de remuneraciones" de las autoridades del Estado.
Aunque entonces sonaba como "una medida más" dentro de la dinámica de "priorización" a la que se sometería el programa de gobierno para hacer frente a una economía apretada, Rodrigo Valdés la anotó entre sus propias "prioridades".
Según varias fuentes consultadas, Valdés ha estado trabajando en reserva en una propuesta que será incorporada en el proyecto de reajuste para el sector público 2016, que debe ingresar en noviembre para comenzar a regir a partir del 1 de diciembre.
Las mismas fuentes señalan que Hacienda buscará regular, además, la remuneraciones a honorarios, lo que afectaría a los asesores de ministros y subsecretarios, poniendo como límite máximo lo que percibe un subsecretario o un jefe de servicio (entre $8 millones y $6 millones de renta bruta apróximadamente)
El terremoto de Coquimbo instaló una nueva preocupación en la agenda y la demanda urgente de recursos para atender la emergencia se convirtieron en un nuevo dolor de cabeza para Hacienda, mientras trabaja a toda máquina para hacer cuadrar el Presupuesto 2016 que debe ingresar al Congreso a más tardar el 30 de septiembre.
Las medidas de austeridad y recortes cobran mayor importancia. Así lo reflejó Valdés tras el terremoto: "La palabra priorizar suena más fácil de entender".
En medio de este ajetreo, el titular de Hacienda se ha reunido en varias ocasiones con los presidentes del Senado y la Cámara, Patricio Walker (DC) y Marco Antonio Nuñez (PPD), quienes han presentado propuestas que implican el congelamiento de las remuneraciones de ministros, subsecretarios, parlamentarios, intendentes y gobernadores a discutir en el próximo reajuste, y una fórmula de reajuste escalonado más allá de 2016, cuyo impacto sería una devaluación de la dieta parlamentaria en un plazo de cinco años. El gobierno estaría adoptando esta fórmula.
Por lo mismo se fijó para el mediodía de este lunes un punto de prensa en dependencias del Ministerio de Hacienda, anticipando que Valdés, Walker y Núñez "anuncian medidas de austeridad en relación a remuneraciones de las autoridades".
"Nos parece una señal muy importante el congelamiento de las más altas remuneraciones en el Estado, como una señal de probidad. Están muy avanzadas las conversaciones con Rodrigo Valdés para que sea el propio gobierno a través del reajuste 2016 quien anuncie esta medida que debería alcanzar a los más altos ingresos del ordenamiento público sin ninguna excepción", explica Nuñez.
Pero la medida no quedaría ahí. Hacienda buscaría regular la remuneraciones a honorarios, lo que afectaría a los asesores de ministros y subsecretarios, poniendo como límite máximo lo que percibe un subsecretario o un jefe de servicio (entre $8 millones y $6 millones de renta bruta apróximadamente).
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