Cada vez más, la manta cacique se está convirtiendo en un preciado objeto de culto y lujo, en especial para las autoridades.
Por ejemplo, recientemente, el ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, redecoró la sala de audiencias de la Cancillería, sacó los antiguos y clásicos cuadros de las paredes del edificio de calle Teatinos con Agustinas, e instaló una manta cacique color rojo enmarcada.
A su vez, hace pocos días, durante el lanzamiento de la tienda virtual de la Fundación de Artesanías de Chile, la presidenta Michelle Bachelet posó al lado de una manta cacique. Mientras que en la Expo Milán, la emblemática prenda mapuche —utilizada en rojo por los jóvenes y en negro por los de más edad, experiencia e influencia— resultó ser una de las mayores atracciones de quienes visitaban la muestra.
Se trata de una pieza hecha a mano, elaborada con lana de oveja por artesanas textileras de la IX Región de La Araucanía y que cuesta $ 246.900.
En el catálogo de la Fundación Artesanías de Chile la prenda es descrita como "una de las más preciadas en la cultura mapuche, puesto que simboliza respeto y posición social. La tejedora realiza un rito para recibir el conocimiento e inspiración necesarios de acuerdo a lo que debe tejer".