-Mis cineastas
Malik Bendjelloul y Harun Farocki
Searching for Sugar Man, de Malik Bendjelloul, que se exhibió en el cine Ladenkino, de mi amigo Skali, en el barrio de Friedrichshain, en Berlín, un lugar mágico que tiene una de las colecciones de cine más importantes de la región. Rápidamente el soundtrack de la película se empezó a escuchar en los bares y lugares alternativos de la ciudad. También, Harun Farocki me inspiró profundamente en la reconstrucción de memoria por medio del simbolismo en la película El fuego inextinguible.
-Mis Libros
La cara Oculta de Eva, La Danza de la Realidad
La cara Oculta de Eva, de Nawal El Saadawi, intenso y visual respecto a la postura de la mujer en el mundo islámico. Hay otro libro que leí cuando vivía en Berlín: La Danza de la Realidad, de Alejandro Jodorowsky, que posteriormente daría su nombre a una de sus películas, con un realismo mágico e interpretación para abrir la imaginación y expandir los límites. Y un antiguo ejemplar de ciencia ficción que me impactó fue Neuromante de William Gibson, que habla de los cíborg y de los neurotransmisores, lo que hoy en día está empezando a pasar con el robot llamado Sophia, en proceso de ser reconocido ciudadano en Arabia Saudí.
-Mis pendientes
Enseñar
El cine social es algo que me mueve, ser una voz para las historias humanas. Viajar, crear y descubrir me reconforta el alma. Lo que viene es reconectarme con la academia y enseñar, creo que es una de las experiencias más reconfortantes que existen.
-Mis restaurantes
Meze, Majestic
El restaurante turco Meze, en Providencia, me encanta por sus sabores. Por otra parte, el clásico Majestic, en pleno centro, me lleva a sabores de la India. También me gusta lo variado de Silvestre, un restaurante muy rico en el patio interior de una antigua casa del barrio Italia, con platos del día y sabores frescos. Y un rinconcito cerca de Plaza Ñuñoa, Sajj es un restaurante árabe que me conecta con mis raíces.
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