"¿Y después de Parra, qué?".

La pregunta la lanzó uno de los periodistas de Qué Pasa mientras preparábamos este especial del poeta chileno.

La muerte del último referente cultural de nuestro país caló hondo. El despliegue de los diferentes medios el día de su fallecimiento y los que siguieron dio cuenta de eso.

Todos se apresuraron a hablar, a recordarlo, a citarlo y contar alguna experiencia personal que tuvieron. Visitas a Las Cruces, charlas sobre Shakespeare, sus artefactos. Todo lo de Parra servía para homenajearlo.

Hubo pena y sorpresa, como si el hecho de que muriera alguien de 103 años fuera una novedad, como si Parra, dentro de toda su genialidad, fuera además inmortal. Pero lo cierto es que no estábamos preparados.

En la conciencia del país queda, eso sí, el reconocimiento y cariño que recibió en vida. El continuo peregrinaje a sus casas, el chovinismo exacerbado cuando lo postulábamos al Nobel, las citas y poemas que todos aprendimos. La magia de la vitamina C. La repartija de los panes que nos ayudó a entender        cálculos básicos y la desigualdad de estos.

¿Y después de Parra, qué?