El martes pasado Donald Trump anunció la salida de Estados Unidos del convenio firmado por Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia, China e Irán, que impide que este último produzca armamento nuclear a cambio de tener acceso a la banca internacional y al negocio del petróleo, gracias al levantamiento de las sanciones económicas que el resto de los países firmantes le impusieron.
Es por ello, que desde el 2015 Irán puede mantener un stock de 300 kilogramos de uranio, a diferencia de los 100 mil kilogramos que tenía anteriormente, lo que solo le permite alimentar reactores energéticos.
Pero con la salida de Estados Unidos, Irán no podrá realizar transacciones internacionales que toquen a instituciones financieras con intereses y operaciones en el país norteamericano, por lo que según señaló el presidente Hasan Rohani en un comnucado televisivo, se tomará algunas semanas para evaluar si continúa con el acuerdo.
El convenio marcó uno de los mayores logros de política exterior del expresidente Barack Obama, aunque Trump, una vez electo, lo criticó por no incluir el programa de misiles balísticos de Irán y también porque las condiciones del acuerdo tienen un plazo de vencimiento de 15 años.
Durante la semana, el presidente iraní, Hasan Rohani, advirtió a Estados Unidos que se arrepentiría si abandonaba el acuerdo y rechazó negociar uno nuevo