Hay que decirlo: Alicia Vikander (27) es lo que salva a La chica danesa, esa película demasiado preciosista y calculada y que parece un mensaje sociocultural antes que una historia intimista. Porque la sueca, que acaba de ganar el Oscar como actriz de reparto, es lo mejor de la cinta de Tom Hooper (también culpable de la soporífera El discurso del rey).

Y también hay que ser justos: Vikander se merece el Oscar, pero tal vez más por su papel en Ex Machina.

Sí, esa pequeña cinta de ciencia ficción donde la vemos como Ava, una curvilínea androide/humanoide que es más bella (y humana) que nosotros y que deja en claro que Vikander está lejos de ser simplemente la-nueva-chica-hollywoodense-del-momento. Porque por mucho que Vikander explote su lado elegantemente sueco —ese que sigue la senda de Ingrid Bergman—, su mejor faceta surge cuando usa ese atractivo nórdico para crear un personaje sugestivo y terrorífico como Ava.

Y ya saben: de seguro pasará mucho tiempo hasta ver un robot tan sexy en la pantalla grande.