Disputando punto a punto la cima de la Premier League, clasificado a la final de la Capital One y a la cuarta ronda de la FA Cup e instalando en los octavos de final de la Champions League. Ese es el presente de Manuel Pellegrini con su Manchester City, el único equipo inglés que sigue con vida en todos los torneos de la temporada.
Un momento estelar. Una situación privilegiada. Una regularidad competitiva envidiable que debería asegurarle estabilidad a cualquier entrenador.
Sin embargo, cuando se está en la élite del fútbol internacional y dirigiendo a uno de los clubes más poderosos del planeta, la banca constituye una cornisa en la que se convive permanentemente con el abismo. Se trata de un lugar privilegiado al que llegan muy pocos, pero constituye un hábitat en el que la crítica y la evaluación pública son implacables, exponiendo permanentemente al entrenador al peligro de dejar su cargo ante una seguidilla de malos resultados o la posibilidad de que otro colega de élite ocupe tu lugar.
Este lunes Pellegrini y el City confirmaron oficialmente lo que era un secreto a voces: Josep Guardiola, el mejor técnico del mundo, se hará cargo de los Ciudadanos la próxima temporada, poniendo fin al periplo del chileno en la fría Manchester.
No hay vuelta atrás, aunque el Ingeniero gane todos los torneos en lo que sigue compitiendo de aquí a fin de temporada, los jeques de Abu Dabi decidieron apuntar aún más alto, redoblar su millonaria inversión e ir a buscar al DT con más prestigio en la órbita internacional.
Poco y nada podía hacer el chileno ante aquella decisión. Guardiola es un nombre capaz de acabar con cualquier proyecto si decide, como hizo ahora con el City, enfocar sus objetivos en determinado club. Nada ni nadie –quizás solo el hoy cesante José Mourinho-, pueden evitar que el catalán reemplace al entrenador de turno en cualquier club del planeta.
Manuel Pellegrini tenía clara la historia hace un buen rato. Al comunicar la noticia reconoció que conocía su destino hace más de un mes. El ingeniero, pragmático como pocos, no pareció hacerse mucho drama. Entiende que la figura superlativa de Guardiola mueve lo que le pongan por delante. Además, en su fuero más íntimo, debe pensar que solo el mejor técnico del mundo pudo sacarlo de su puesto.
¿Qué viene ahora para el DT chileno? Lo primero será intentar consolidar la gran temporada que está teniendo en Manchester. Con vida en los cuatro torneos del año, pondrá el foco en "ir por la gloria" como suele invitar a sus dirigidos cuando llega el momento de las definiciones. Eso en lo colectivo.
En lo individual deberá tomar decisiones. La primera la comunicó hace un par de semanas, cuando ya sabía que no seguiría en Manchester: declinó la concreta opción de tomar a la selección chilena. Y en esa negativa está la respuesta concreta ante la disyuntiva del futuro del Ingeniero, quien pretende seguir en Europa a cargo de "un equipo competitivo" como afirmó.
Más allá de los gustos personales y la particulares visiones futbolísticas, es un hecho que Pellegrini está instalado en la selecta lista de los mejores técnicos del mundo. Su extraordinaria trayectoria y sus tres competitivos años en el City con dos títulos ya conseguidos –Premier Ligue y Capital One- y la opción clara de agrandar el palmarés de aquí al final de la temporada, han reafirmado el nombre que se ganó con sus campañas en Argentina y España especialmente.
Hoy, con 62 años, al chileno le queda al menos un contrato importante en Europa. Su agente, Jesús Martínez, ya recibió el llamado del Zenit de Rusia y el Valencia de España, pero la prioridad del entrenador es continuar en Inglaterra, país con la liga más competitiva del mundo (será interesante ver el rendimiento de Guardiola en un campeonato donde hay más de dos equipos en real competencia, situación que el catalán no vivió ni en España ni en Alemania).
Tras el anuncio de su partida del cuadro ciudadano, las casa de apuestas inglesas dan al Ingeniero como la primera opción para hacerse cargo de la banca del Chelsea, cuadro que está en la búsqueda de técnico para la próxima temporada. El Manchester United está en la misma situación ante la mediocre campaña de Louis van Gaal, sin embargo, parece complicado el salto del chileno al archirrival del City.
De no prosperar su deseo de permanecer en la Premier, al chileno no le faltarán buenas ofertas. Hace algunos años el Milan, hoy inmerso en una sequía de títulos, le ofreció la banca del San Siro y, también en Italia, se especula con la opción de la Juventus en caso que se marche Massimiliano Allegri.
Con la confirmación de su partida al final de la temporada se comienza a cerrar el capítulo del Manchester City, pero de seguro Pellegrini abrirá otro igual o más atractivo en otro club importante de Europa. Será cosa de esperar qué depara el mercado y el chileno puede esperar muy tranquilo, se lo ha ganado con creces.