Era un sacerdote jesuita, homosexual y excéntrico, que en plena época victoriana escribía unos poemas que nadie quería publicar. Poemas que terminarían influyendo en algunos de los poetas anglosajones más importantes del siglo XX, como T. S. Eliot, Ezra Pound y W. H. Auden, aunque de todo eso Gerard Manley Hopkins –el protagonista de esta historia– nunca llegaría a enterarse: iba a morir en 1889, con menos de 50 años y sin intuir que sus diversas búsquedas formales –su obsesión por el ritmo y las palabras– lo convertirían en una pequeña leyenda, admirado por poetas y narradores de la talla de Virginia Woolf y Aldous Huxley.

Todo esto lo sabemos hoy gracias a El ceño radiante. Vida y poesía de Gerard Manley Hopkins (Ediciones UDP), la excelente biografía que acaba de publicar Neil Davidson (1966), en la que aborda la vida de este enigmático poeta inglés, no sólo relatándonos su intimidad, sino que también generando un fresco de la época y, además, traduciendo parte importante de sus poemas, los que hasta ahora eran casi inencontrables en nuestro idioma. Un poeta silencioso, que en manos de Davidson se vuelve un personaje realmente fascinante.

"El ceño radiante", de Neil Davidson.