El Ministerio de Energía reveló en el 2019 que los hogares chilenos son los responsables del 15% del consumo de energía del país y del 5% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2).

Durante el mismo estudio, se concluyó que el uso del refrigerador, iluminación y televisor eran los responsables del 52,6% del consumo eléctrico en una vivienda promedio.

Además, en la misma investigación, solo un 27% de los hogares encuestados señaló que tomaba medidas para reducir su consumo.

Conforme a lo indicado por Werner Jara, académico de la Escuela de Ingeniería Eléctrica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, no resulta fácil determinar qué aparato es el que consume más energía, ya que estos pueden variar según la calificación socioeconómica del hogar, así como también su ubicación geográfica.

No obstante, indicó que se puede establecer un marco de referencia común entre los hogares a nivel país al considerar aquellos electrodomésticos que son de uso transversal.

Entre estos, destacó los siguientes: el refrigerador, lavadora, televisor y computador. Además, también señaló que los aparatos que presentan un aumento de consumo durante el invierno son las secadoras y sistemas de calefacción eléctrica.

De igual manera, Patricio Mendoza, académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Chile, comentó que el calefactor eléctrico “consume tanto como una plancha o un hervidor”, pero como este está encendido por horas, puede pasar la cuenta de una persona “de $25.000 a $50.000″.

Mendoza indicó que una de las mejores formas de ahorrar es mejorando “la aislación térmica de las viviendas, para que los calefactores puedan lograr la temperatura adecuada en la vivienda operando por menos horas al día”, al igual que apagar las luces que no se utilicen.

Por su parte, Jara recomienda realizar las siguientes medidas para ahorrar:

• Disminuir los consumos fantasmas en el hogar, por lo que se debe desenchufar los aparatos electrónicos que no se estén utilizando.
• Mejorar el aislamiento del hogar al bloquear las filtraciones de aire en puertas y ventanas. Sin embargo, se debe mencionar, que siempre deberá existir un flujo de aire en el hogar para facilitar la evacuación de gases nocivos para la salud.
• Abrir el refrigerador solo cuando es necesario y por períodos cortos de tiempo.
• Realizar ciclos de carga completo en lavadoras y secadoras privilegiando el centrifugado al máximo para extraer el agua y luego pasar al ciclo de secado.
• Utilizar focos o ampolletas led.
• Utilizar el hervidor eléctrico a carga completa y almacenar el agua caliente restante en termos.
• En caso de tener ducha eléctrica, se debe evitar baños prolongados a temperaturas altas.
• Los sistemas de calefacción con control de temperatura no debieran ajustarse más allá de los 21° C.
• Privilegiar la luz y el calor natural abriendo cortinas y ventanas.

Conforme a lo señalado por el académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, al aplicar estas medidas, las personas pueden llegar a disminuir del 20 al 30% de energía, “lo que se traducirá en un porcentaje similar de ahorro en la cuenta de la electricidad”.

Los electrodomésticos, al momento de adquirirlos, tienen un etiquetado en el que se describe su eficiencia energética, estas fueron diseñadas, según se indica, “para facilitar la decisión de compra de un consumidor”.

Por este motivo, el académico de la Universidad de Chile comentó que el etiquetado es clave, ya que “ayuda no solo para calificar a los electrodomésticos (con la escala de colores y letras de la A a la G), sino que además la etiqueta indica el consumo mensual promedio”.

Es así como Jara señaló que “la etiqueta chilena utiliza una escala de 7 letras, siendo los productos de mayor eficiencia los denominados con la letra A y los de menor eficiencia con la letra G”, mientras que “la escala de colores aporta la misma información donde el verde se asocia a los productos más eficientes y el rojo a aquellos de baja eficiencia”.

Por ende, para ahorrar en la factura de luz, la persona debe poner atención en el nivel de eficiencia y el consumo mensual del producto.

No obstante, Jara también explicó que en el país existe otro tipo de etiqueta, un sello llamado Energy Star, el cual suele estar presente en notebooks o monitores que cumplan “con características de baja potencia de operación, modo de hibernación, de inicio automático en periodos de inactividad y bajo consumo stand by”.

El sello SEC, el cual incluye un código QR, es una etiqueta diseñada por la Superintendencia de Electricidad y Combustible que permite verificar que los productos cumplen con la norma vigente del país.

Mendoza señaló que la importancia de este sello se debe a “los aspectos de seguridad”, ya que, al escanear el código QR con el celular, el consumidor podrá obtener toda la información con respecto al producto.

Por este motivo, Jara sentenció que “el sello SEC no guarda relación con la eficiencia del equipo, solo considera aspectos del producto y datos de certificación”.