Los depósitos a plazo, de acuerdo a lo indicado por Con Letra Grande, permiten a las personas tener seguridad, ya que siempre podrán recuperar el monto inicial de dinero que decidieron utilizar.
No obstante, se advierte que la ganancia de este método es baja en comparación a lo que se puede conseguir en otras opciones de inversión como los fondos mutuos. Por este motivo, es importante conocer cómo estos funcionan y cuáles son sus categorías.
¿Qué son los depósitos a plazo?
Conforme a lo descrito por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), los depósitos a plazo son montos de dinero que las personas entregan a alguna institución financiera, con el fin de poder generar intereses.
No obstante, la entidad indica que estos “instrumentos de ahorro” son regulados, tanto por ellos como por las normas dictadas por el Banco Central.
En estas, la CMF señala que “se precisa que el plazo mínimo que se pacte para el pago de intereses y reajustes no puede ser inferior a 7 días para depósitos no reajustables o a 90 días para depósitos reajustables”. Sin embargo, esto no aplica a para los que están bajo el sistema de reajustabilidad en unidad de fomento (UF) o el índice de valor promedio (IVP).
¿Para qué sirven los depósitos a plazo y cuáles son sus categorías?
De esta manera, los depósitos a plazo sirven para que las personas no solo tengan su dinero guardado en el banco, sino para que también generen intereses mientras lo hacen.
La CMF divide a los depósitos a plazo en tres categorías:
- Depósitos a plazo fijo: Al tomar esta opción, la entidad tiene la obligación de pagar en un día establecido previamente.
- Depósitos a plazo renovable: Si es que la persona no retira su dinero, se puede prorrogar automáticamente el proceso para un nuevo período.
- Depósitos a plazo indefinido: No se establece una fecha de vencimiento, por lo que la institución financiera deberá pagar los intereses y reajustes hasta que la persona avise que retirará su dinero.