Trámites gratuitos y menor espera: los cambios que tendrá el sistema de adopción en Chile

El Ministerio de Desarrollo y Familia anunció que se realizarán diversos cambios en el sistema de adopción en el país con el objetivo de priorizar el cuidado familiar y evitar la institucionalización de los menores.

Javiera Toro, ministra de Desarrollo Social y Familia, explicó que el Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia “está trabajando en un cambio de foco, un cambio de paradigma que busca priorizar el derecho a vivir en familia de niños, niñas y adolescentes, lo que ayuda con su desarrollo emocional y cognitivo”.

“Como Servicio estamos trabajando para garantizar un espacio de acogida, protector, que garantice los derechos, que brinde amor a esos niños, con el fin de evitar que más niños sean institucionalizados en centros residenciales”, indicó la directora del Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, Gabriela Muñoz.

Estos cambios ya están siendo aplicados en la Región de Coquimbo y, de acuerdo a lo indicado por el ministerio en sus redes sociales, pronto comenzarán a implementarse en las regiones de Biobío, La Araucanía y Metropolitana.

Los cambios que tendrá el sistema de adopción en Chile son los siguientes:

• Unificación de procesos: Con la creación de la nueva Unidad de Evaluación Formativa para la Adopción y el Acogimiento, habrá un equipo de funcionarios que estará a cargo de evaluar, acompañar y monitorear no solo el proceso de adopción, sino que también las familias de acogida.
• Gratuito: Previamente, las personas debían pagarle a un evaluador para comenzar el proceso de adopción, pero esto ya no será necesario, ya que la evaluación no tendrá costo.
• Reducción en los tiempos de evaluación: Antes, estos podían tardar entre cuatro meses a un año, plazo que se verá disminuido de tres a cuatro meses.
• Evaluación estandarizada: Tanto las personas que deseen adoptar, como quienes quieren ser familia de acogida, deberán realizar este proceso bajo modelos creados por la Fundación América por la Infancia junto a expertos internacionales, a diferencia del sistema anterior, en donde cada evaluador utilizaba su criterio personal.