A menudo las personas pueden realizar compras de productos que no necesitan. Si bien, estas transacciones suelen ser conocidas como impulsivas, también existe otra categoría que se puede relacionar con este tipo de desembolso, llamada gastos emocionales.
De esta manera, resulta relevante que las personas conozcan cuáles son estos tipos de gastos para que puedan reconocer cuándo están a punto de realizarlos y así puedan evitarlos para poder ahorrar dinero.
¿Qué son los gastos emocionales?
Los gastos emocionales, de acuerdo a El Economista, son aquellos que se realizan cuando las personas intentan llenar un vacío o mejorar un sentimiento negativo, por lo que son adquisiciones que no se necesitaban y que tampoco estaban planeadas.
De esta manera, se indica que, cuando se efectúa este tipo de compra, se suele tomar decisiones financieras que son cuestionables, ya que no se mide cuáles serán las consecuencias de estas.
No obstante, el periódico señala que, cuando se realizan gastos emocionales, la persona se siente mejor por solo unos momentos, ya que, una vez que los individuos se dan cuenta de lo que compraron y el impacto que esto generará en su cuenta personal, pueden llegar a sentirse “muy culpables, avergonzados y decepcionados” de ellos mismos.
¿Cómo evitar estas compras?
Bankrate explica que para no realizar gastos emocionales se pueden utilizar las siguientes estrategias:
1.- Identificar factores desencadenantes
Las personas deben identificar cuándo son propensas a gastar más dinero, ya que así podrán reconocer en un futuro que no debe realizar compras al encontrarse en ese estado.
2.- Evitar las compras impulsivas
Si no se planeaba comprar un artículo, pero al llegar a una tienda se adquirió este producto, se realizó una compra impulsiva.
De esta manera, para poder evitarlas, se debe esperar un tiempo mínimo de 24 horas para comprar, ya que, de esta forma, la persona podrá asegurarse que no está realizando una transacción por el impulso del momento.
3.- Limitar la exposición al marketing digital
Los anuncios están presentes constantemente en las vidas de las personas y no solo de forma física, sino que también virtual por medio de las redes sociales.
Por ende, para evitar la tentación, las personas deben minimizar su interacción con la publicidad, dejar de seguir algunas cuentas, así como también cancelar la suscripción a los correos electrónicos de empresas que ofrezcan productos.
4.- Buscar actividades
Debido a que no se realizarán compras emocionales, se debe encontrar alguna actividad recreativa que pueda llenar ese vacío, como salir con amigos a un parque, ver una película en casa o hacer ejercicio.
5.- Realizar un presupuesto y tener metas de ahorro
Al tener un presupuesto, así como objetivos a largo plazo, ayudará a que las personas puedan conocer de mejor manera cuánto es lo que pueden gastar. Además, tendrán un motivo para ahorrar, por lo que lo pensarán más de una vez antes de realizar una compra emocional.
6.- Buscar ayuda
En caso que las compras emocionales no puedan ser disminuidas, se debe considerar pedir ayuda a cercanos o profesionales para que estos puedan brindar orientación sobre qué hacer para solucionar este problema financiero.