¿Por qué sube el precio de la bencina?
El precio del petróleo es en extremo sensible para Chile toda vez que importa más del 90% de lo que consume. Pero no solo es relevante el precio del crudo.
El precio de las gasolinas está por las nubes, qué duda cabe. La de 93 octanos, la más barata disponible en el país, hace rato ya que superó los $ 1.300 por litro promedio en todo el país, un nivel jamás antes visto.
Y aunque en las últimas semanas han tendido a estabilizarse, de momento es aventurado pensar en que vayan a iniciar un ciclo a la baja.
¿Qué es lo que ha pasado? Que el precio del petróleo, insumo básico de las bencinas y otros derivados, se ha disparado especialmente desde que comenzó la invasión de Rusia en Ucrania, provocando un verdadero shock en el mercado del crudo.
Echemos un vistazo.
En 2020, el año de la pandemia y la incertidumbre, el precio del crudo WTI -que sirve de referencia para Chile- cerró en US$ 48,52 por barril. Ese valor supone una caída de 20,54% respecto a 2019.
Sin embargo, en 2021 el precio repuntó en todo el mundo gracias a la apertura de la economía tras meses de encierros, cuarentenas y diversas medidas de restricción que afectaron a prácticamente todas las industrias del planeta.
Ese año, el barril que se cotiza en Nueva York registró un potente salto de 55% y el barril cerró en US$ 75,21.
El mercado de los combustibles fósiles entró en 2022 en franco ascenso, pero su escalada se acentuó con la guerra en Ucrania. En ese contexto, los precios del crudo, tanto en EEUU (WTI) como Europa (Brent), llegaron a superar los US$ 130 en marzo de este año, su cota más alta desde 2008.
La guerra estrechó los suministros y las reservas cayeron. Dicho de otra manera, el petróleo se volvió escaso; el mundo necesitaba petróleo y era difícil acceder a él. Y cuando pasa eso, los precios suben.
Y Rusia no es cualquier país tampoco. Además de ser una potencia en materia de armas, hasta 2021 era el segundo mayor productor de crudo del planeta, con 9,7 millones de barriles al día, de acuerdo a datos de Rystad Energy.
En medio de ajustes en los niveles de producción por parte de la OPEP, el cartel del crudo, los precios han bajado en el último tiempo y, de acuerdo a datosmacro.com, el barril ronda los US$ 97. Es cierto que está lejos de los máximos anuales, pero igual representa un alza significativa de 30% en relación a 2021.
Efecto dólar
El precio del petróleo es en extremo sensible para Chile toda vez que importa más del 90% de lo que consume. Pero no solo es relevante el precio del crudo. El otro gran factor es el tipo de cambio… y vaya que se ha movido en Chile en el último año.
Miremos los números.
En 2020, el dólar cerró en $ 711, 06, esto es una fuerte caída de 45% respecto a 2019. En 2021, sin embargo, la divisa estadounidense dio un brusco giro y registró una violenta alza de 141,44% de acuerdo a Bloomberg, en medio del incremento internacional de la divisa, pero también de la incertidumbre que generaron las cinco elecciones que hubo en el país.
Esto a pesar de que el cobre, el principal referente del peso chileno, cerró el ejercicio con el precio promedio más alto de la historia: US$ 4,22 la libra.
El alza del dólar frente a las principales monedas del mundo continuó este año y en Chile llegó a unos inéditos $ 1.051 el pasado 14 de julio, pese a las alzas en la tasa de interés y la liquidación de dólares de Hacienda (anunció venta de US$ 5.000 millones en el mercado local).
El fuerte incremento en el precio internacional del crudo y del tipo de cambio obligó al gobierno de Sebastián Piñera y de Gabriel Boric a adoptar medidas. La principal fue poner más recursos al Mecanismo de Estabilización del Precio de los Combustibles (MEPCO).
La última inyección fue por US$ 1.500 millones, lo que permitió atenuar el constante (e irritante) aumento en el precio que comunica semanalmente la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP).
La ENAP es una empresa pública de propiedad del Estado chileno cuyo giro principal es la exploración, producción, refinación y comercialización de hidrocarburos y sus derivados.
Transporte
Pero en el precio final de las bencinas no sólo depende del petróleo y del dólar. Claro porque este y otros hidrocarburos se tienen que transportar. Y como no existen oleoductos desde los grandes centros de producción hasta Chile, en el fin del mundo, se deben utilizar buques. Y eso también cuesta mucho más hoy.
De acuerdo a una minuta técnica parlamentaria alojada en la página de la BCN, los precios del flete en contenedores comenzaron a subir en la segunda mitad de 2020, y aumentaron aún más en el 2021 en varias rutas comerciales, llegando a triplicarse en comparación con los registros de 2020.
El texto señala que de acuerdo con el Global Container Freight Index, desde diciembre de 2020, se comenzó a registrar un ascenso sostenido en el costo de enviar un contenedor de unidad equivalente a 40 pies, valorizándose en US$2.443.
La tendencia se acentuó a partir del mes de mayo de 2021, provocando el registro de un valor máximo –US$ 10.839– en septiembre de 2021. Tras esto, a partir del mes de octubre el índice ha registrado descensos, alcanzando al 23 de diciembre un valor de US$ 9.304,05.
En los últimos meses, el costo de los fletes también se ha moderado y se espera que las tarifas sigan ajustándose con miras al 2023.
Pero más allá de esta moderación, los principales componentes del precio de las gasolinas han subido de manera significativa en este 2022, lo que para muchos expertos ha significado una tormenta perfecta para el alza de su cotización.
El alza del petróleo ha disparado el costo global de la energía, empujando a muchas economías a niveles de inflación no vistos en décadas. Y Chile no ha sido la excepción ya que el fuerte aumento de los precios obligó al Banco Central a iniciar un agresivo ciclo de alzas en la tasa de interés, el cual ya empieza a traducirse en una moderación en el alza del costo de la vida.
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