Los dispositivos electrónicos ya son parte fundamental en la vida de los seres humanos, ya sea para trabajar, divertirnos, alimentarnos, hasta comunicarnos con las personas más queridas. Sin embargo, algunos de estos equipos tienen un tiempo limitado, una fecha de caducidad, debido a la obsolescencia programada.
Esto no es algo nuevo, sino que proviene desde las primeras décadas del siglo XX, pero que actualmente está siendo discutido en diferentes países del mundo, debido a la gran cantidad de chatarra electrónica que se genera, lo que aumenta la contaminación en el planeta.
¿Qué es la obsolescencia programada?
En el mundo existen diferentes conceptos sobre qué es la obsolescencia programada, Camila Maira, experta en tecnología y diseñadora UX/UI de LicitaLAB, lo señala como “una acción intencional por parte de productores y empresas para que ciertos productos dejen de funcionar o fallar en un tiempo específico”.
Esto se realiza con el objetivo de mantener el consumo activo de un producto determinado.
Sin embargo, estas prácticas no son nuevas, sino que vienen desde inicios del siglo XX. Uno de los hitos importantes ocurre en 1924, cuando representantes de las empresas Philips, General Electric, Compagnie des Lampes y Osram se juntaron con el objetivo de limitar la durabilidad de las ampolletas a 1.000 horas, en vez de las 2.500, que era la duración en promedio para los productos.
El concepto fue impulsado y popularizado por Brooks Stevens en 1954, pero se remonta su inicio en 1932, en plena depresión económica, donde el gobierno estadounidense buscaba fomentar las compras de artículos de uso cotidiano, con el objetivo de mejorar la economía del país.
La obsolescencia programada se consolidó durante la década de los 50, gracias a Stevens, quien la definió como “inculcar en el comprador el deseo de poseer algo un poco más nuevo, un poco mejor, un poco antes de lo necesario”.
Tipos de clasificaciones de obsolescencia programada
A lo largo de los años se ha comenzado a clasificar los tipos de obsolescencia que existen en el mercado.
Estos son:
- Obsolescencia objetiva técnica
Es conocida como obsolescencia de calidad, gracias al sociólogo Vance Packard, el cual señala que un producto se vuelve obsoleto porque existe una intención de descomponerlo o inutilizarlo transcurrido un cierto período de tiempo, usualmente no muy lejano de la fecha de compra.
Esto lo realiza la empresa, quien decide de forma deliberada cuándo y cómo pasará a estar viejo.
- Obsolescencia objetiva funcional
Ocurre cada vez que un producto se vuelve obsoleto debido a la introducción de uno nuevo que cumple mejor su función. Puede ser natural, al suceder el avance tecnológico que reemplaza productos antiguos, como los televisores de rayos catódicos por pantallas planas, o forzada, cuando los fabricantes deliberadamente dejan de producir repuestos, obligando a los consumidores a comprar nuevos artículos.
- Obsolescencia objetiva informática
Es una modalidad donde los proveedores crean cambios en el software y retiran el soporte necesario para que los consumidores sigan usando y aprovechando las funcionalidades del producto.
Existen dos variantes, una cuando un nuevo software vuelve incompatible al anterior, y otra en el momento en que las actualizaciones de software disminuyen el rendimiento del hardware que lo soporta, afectando la experiencia del consumidor. Estas prácticas buscan impulsar la compra de productos más recientes.
- Obsolescencia objetiva de notificación
Consiste en que los fabricantes advierten a las personas sobre la durabilidad del producto, además del momento en que debe ser reemplazado. Sin embargo, el mensaje para cambiar el objeto llega antes de tiempo, a pesar de que puede seguir funcionando por mucho más. Esto hace que los consumidores se vean impulsados a comprar uno nuevo.
- Obsolescencia relativa o psicológica
Se produce cuando un producto aún es funcional, pero se siembra la idea en los usuarios de que su rendimiento se está desgastando, debido a las tendencias y modas que existen en la sociedad.
Ante esto, muchas compañías estructuran ciclos basados en el diseño, como son la moda, la tecnología y el mercado automotriz, con el objetivo de atraer a los consumidores a obtener los productos más recientes.
Recomendaciones para alargar la vida de los productos
Luisa Yañez Liu, Gerente de Tecnología e Innovación TI en GAMA, entregó a La Tercera una serie recomendaciones para alargar la vida de los equipos.
- Mantener equipos en buen estado siguiendo las instrucciones del fabricante con el objetivo de mantenerlo en buen estado (limpieza y mantenciones oportunas) y darle el uso adecuado.
- Repara tus equipos con un técnico calificado.
- Protege tus equipos de daños. Evita exponerlos a altas temperaturas, humedad y golpes.
- Promover la reparación de productos en lugar de su reemplazo.
Asimismo, Ariadna Gorosterrazu, experta en tecnología de Real Travel App, agregó:
- Apoyar a fabricantes responsables: optar por empresas que ofrezcan productos de calidad, duraderos y comprometidos con la sostenibilidad y la reparabilidad.
- Investigar antes de comprar: buscar productos de alta calidad y duraderos. Leer reseñas y opiniones de otros usuarios puede ayudarnos a identificar artículos confiables.
- Comprar productos reparables: elegir productos que sean fáciles de reparar y que cuenten con piezas de repuesto disponibles en el mercado.
- Promover la legislación adecuada: respaldar iniciativas y leyes que regulen la obsolescencia programada y fomenten la fabricación de productos más duraderos y sostenibles.
Medidas gubernamentales contra la obsolescencia programada
Distintos gobiernos del mundo han comenzado a batallar contra este acto, como por ejemplo, Francia, España o Finlandia, quienes han creado legislaciones sobre el tema, incluso desde el Parlamento Europeo han tomado medidas al respecto.
En el caso de Chile, se ha aprobado una serie de regulaciones para luchar contra la obsolescencia programada de productos electrónicos. Esto se debe a diferentes casos que existieron en el país, como la demanda de usuarios en contra de la empresa Apple.
En la resolución exenta 733 del Sernac, se establece que los fabricantes deben notificar a los usuarios la vida útil de los productos, además de proporcionar información de cómo repararlos. Asimismo, los consumidores tienen derecho a reparar sus artículos durante un periodo de tiempo, a pesar de que ya no esté cubierto por la garantía.