La influenza es una enfermedad respiratoria aguda. A diferencia de un resfriado común, sus síntomas son de mayor intensidad y gravedad. Asimismo, la duración es autolimitada, es decir, mejora en un par de días con los cuidados correspondientes.
Se trata de una gripe estacional que tiene fácil propagación y se transmite rápidamente en entornos como escuelas, asilos de ancianos y lugares con poca ventilación. Las personas infectadas dispersan el virus en el aire al toser o estornudar.
El periodo de incubación, es decir, el tiempo transcurrido entre la infección y la aparición de la enfermedad, oscila entre uno y cuatro días.
¿Qué es la influenza?
La influenza es una infección vírica que afecta principalmente a la nariz, la garganta, los bronquios y, ocasionalmente, los pulmones, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El virus se transmite con facilidad de una persona a otra a través de gotículas y pequeñas partículas expulsadas con la tos o los estornudos. La influenza suele propagarse rápidamente en forma de epidemias estacionales.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de la influenza, según el Minsal son:
- Fiebre alta sobre 38 grados (con duración de dos o tres días, hasta una semana).
- En ocasiones problemas estomacales como: náuseas, vómitos y diarrea (aunque son más frecuentes en los niños).
- Dificultad para respirar (especialmente en niños).
- Cansancio o debilidad que pueden ser extremos (el cansancio en adultos mayores se puede prolongar de dos a cinco días).
- Inflación mucosa de las fosas nasales (romadizo o coriza).
- Dolor de cabeza en la zona frontal o bien generalizada.
- Es frecuente el dolor al tragar.
- Molestias frente a la luz.
- Dolor de articulaciones.
- Dolor muscular.
- Tos seca.
De igual forma, es posible que los síntomas duren más de una semana. La influenza puede agravar los signos de otras enfermedades que las personas ya padecen, como por ejemplo:
- Insuficiencia cardíaca.
- Diabetes.
- Neumonía por sobreinfección.
- Deshidratación, entre otras.
En menores de tres años, la influenza puede presentar:
- Apnea (cese de la respiración).
- Fiebre alta (en lactantes menores).
Los síntomas desaparecen en forma espontánea habitualmente en pocos días, pero la tos y el decaimiento pueden persistir por más de dos semanas.
¿Cómo se previene la influenza?
Para la influenza estacional existe una vacuna que se aplica anualmente y que está indicada en todas las personas.
El Ministerio de Salud cada año realiza una campaña gratuita para los que tienen mayor riesgo de presentar complicaciones por la influenza, como los adultos mayores, embarazadas, lactantes y portadores de enfermedades crónicas.
En el caso del 2023, el proceso comenzó el 15 de marzo. La vacunación también está indicada para todo el personal de salud, porque están más expuestos al contagio.
La influenza puede prevenirse practicando medidas básicas de higiene, como el lavado frecuente de las manos con agua y jabón o con preparados de alcohol-gel y el uso adecuado de pañuelos para cubrirse la boca y nariz al toser y estornudar.
¿Cuál es el tratamiento?
La mayoría de las personas se recuperan espontáneamente sólo con medidas generales, sin embargo ayuda:
- El consumo abundante de líquidos.
- El uso de medicamentos para bajar la fiebre (antipiréticos).
- El reposo en cama.
- Aguardar reposo.
- Evitar visitas de personas externas al hogar.
Es necesario consultar a un médico, para recibir los remedios adecuados.