Este fin de semana está previsto un fuerte sistema frontal que afectará a la zona centro sur del país. Además, se emitió una alerta por parte de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), debido a que existirá una alta isoterma cero en dos regiones del territorio nacional.
Debido a las fuertes lluvias que se prevén en las regiones de O’Higgins y el Maule, se espera una caída sobre los 100 milímetros de precipitaciones durante este evento. Además de una isoterma alta de hasta 3.000 metros de altura.
En la Región de Valparaíso se encontrará sobre los 3.300 metros y en la Metropolitana la isoterma cero tendrá una altura de 3.100. Por último, en Ñuble se elevará a unos 2.600 metros y en el Biobío unos 2.300 metros, lo que podría ser un peligro para todas las personas que viven cercanas a los sectores cordilleranos.
¿Qué es la isoterma cero?
De acuerdo a lo señalado por la DMC, la isoterma cero es una línea imaginaria que representa la altitud, en la cual existen 0° C en la atmósfera.
Esta limita en qué zonas las precipitaciones serán en forma de lluvia y cuáles caerá nieve o granizos.
¿Qué significa que la isoterma cero se encuentre alta?
Cuando la isoterma se encuentra alta, existen mayores riesgos, debido a que en los sectores donde principalmente cae nieve, caerán aguas lluvias, lo que puede generar aluviones y el arrastre de sedimentos por los cerros.
La subida de la isoterma cero, sumada a fuertes lluvias, aumenta la cantidad de agua que cae desde los cerros y cordillera, por lo que existe una inestabilidad de las laderas, lo que puede producir deslizamientos de árboles, rocas, escombros, tierra, debido a un fuerte aumento de los ríos o canales, como fue el caso del río Mapocho en junio de este año.
Estas corrientes o deslizamientos pueden ocasionar un peligro para los asentamientos de personas en las cercanías de cerros o ríos, debido a la gran cantidad de agua que corre o el sedimento de la tierra.
Por último, debido a la isoterma alta, al existir una gran cantidad de tierra en las corrientes de los ríos, esto puede provocar la turbiedad de las aguas que se usan para el consumo de las personas, lo que finalmente puede terminar en la suspensión del servicio, tal como casi ocurre en junio de este año.