La Nasa informó que los datos más recientes del satélite estadounidense-europeo Sentinel-6 Michael Frelich indican signos tempranos de un posible desarrollo del fenómeno de El Niño en el Océano Pacífico Ecuatorial, lo anterior asociado a las ondas Kelvin que transportan aguas cálidas.

El Niño se produce por un calentamiento del océano, se ocasiona cada 3 o 7 años por una masa de agua templada que hace que los vientos alisios se debiliten o cambian de dirección.

Un suceso que, cuando ocurre, puede llegar a modificar las condiciones meteorológicas, provocando alteraciones climáticas.

Foto Nasa/JPL-Caltech

¿Qué son las ondas Kelvin?

Según la información entregada por el meteorólogo, Eduardo Sáez, a La Tercera,“las ondas de Kelvin son pulsos que se proyectan en el océano, de muy baja altura, se presentan como pequeñas olas que lanzan agua en la superficie del mar, desde el continente marítimo Asia, en dirección hacia el continente americano”.

Cuando aparecen, transportan por la superficie agua medianamente tibia desde una poza cálida en el norte de Australia e Indonesia hacia Ecuador, a través de pequeños pulsos que pueden ser de cientos de kilómetros de ancho, pero de muy baja amplitud.

Las ondas reportadas por la Nasa, tienen aproximadamente de 10 centímetros de altura en la superficie del océano y cientos de kilómetros de ancho, moviéndose de oeste a este a lo largo del ecuador hacia la costa oeste de América del Sur en dirección a Chile.

¿Las ondas Kelvin pueden “predecir” el fenómeno del niño?

De acuerdo con la Nasa, cuando se forman las ondas Kelvin en el Ecuador, traen agua cálida, que se asocia con niveles más altos del mar, desde el Pacífico occidental hasta el oriental, un fenómeno conocido como precursor de El Niño, una situación climática periódica, que puede afectar los patrones en todo el mundo.

El meteorólogo, Eduardo Sáez, afirma que “no es que se puedan predecir como tal el fenómeno de El Niño, las ondas Kelvin están presentes permanentemente en distintas ocasiones, pero en este caso es asociada, pues el transporte de agua cálida desde el norte de Australia hacia la costa americana, sí establece que se acerca el agua tibia y aumenta el nivel de temperatura en la superficie del mar”.

Sin embargo, el experto recalca que se necesitan tres meses desde que la temperatura sobrepasa el umbral de -0,5°C, respecto a la anomalía, para que sea posible denominar un Fenómeno de El Niño, asimismo, las condiciones se encuentran recientemente en un incipiente calentamiento del océano para que en agosto se genere su desarrollo.

En el caso de Chile, según comentó el climatólogo de la Universidad de Santiago, Raúl Cordero, a Qué Pasa, El Niño suele empujar las precipitaciones al alza durante el invierno en Chile. “Esto significa, que existe la probabilidad de que este año no sea tan seco en la zona central de Chile como los tres anteriores, que estuvieron marcados por La Niña. Aunque, debido a la influencia del cambio climático, es difícil esperar que este sea un año lluvioso”.