Sustentabilidad

El precio de hacer como si nada pasara

RECURSOS HIDRICOS - EMBALSE LA PALOMA - SEQUIA - DEFICIT - ESCASEZ - ESCASEZ HIDRICA - PANORAMICA - VISTA CENITAL - COMUNA DE MONTE PATRIA - CUARTA REGION - PUBLICADA - La Tercera - 20150615 - LA PALOMA - MONTE PATRIA 10-06-15/embalse la paloma comuna de monte patria provincia del Limari/FOTO:HERNAN CONTRERAS LA PALOMA

En Chile, el cambio climático ya no es una amenaza lejana ni una proyección científica abstracta. Lo vivimos cada vez que una lluvia intensa colapsa nuestras ciudades, cuando los embalses no se llenan como antes, o cuando seguimos entregando agua en camiones aljibe a miles de familias. Y mientras esa normalidad se instala, el costo de no adaptarnos se multiplica de manera silenciosa.

Según el informe Costos asociados a la inacción frente al cambio climático en Chile (CEPAL y Ministerio del Medio Ambiente, 2023), sólo considerando los sectores analizados, el país podría enfrentar pérdidas económicas por más de 3.800 millones de dólares anuales al 2050, considerando sectores como agricultura, agua potable urbana, infraestructura pública, energía y salud, si no se adoptan medidas de adaptación. Solo en agua potable urbana, el costo de la inacción ya supera los US$ 229 millones anuales. Y esto es solo una parte del problema.

Porque la crisis climática y la falta de adaptación no afectan a un solo grupo. Afectan a todos los sectores. En lo rural, más del 15% de las comunidades aún dependen de camiones aljibe, lo que equivale a más de 383.000 hogares, según Fundación Amulén. En la agricultura, ya se proyectan pérdidas del ingreso neto de hasta un 26% al 2050 si no se toman medidas. En la minería, la falta de agua podría reducir la productividad en al menos un 5%. En energía, las sequías ponen en jaque nuestra matriz hidroeléctrica. Y nuestras ciudades no están preparadas para enfrentar lluvias intensas ni sequías prolongadas. Nadie está exento.

Y también lo paga el entorno natural. Cada bosque degradado, cada humedal seco, cada ecosistema fragmentado, debilita nuestra capacidad de enfrentar el cambio climático. La pérdida de biodiversidad es también una pérdida de resiliencia.

Lo más frustrante es que sí sabemos qué hacer. Las soluciones existen y ya se están implementando en muchos países del mundo. Desde la restauración de ríos urbanos en Medellín, hasta sistemas de drenaje sostenible en Londres o barreras naturales en Nueva York, hay experiencias internacionales que demuestran que avanzar en adaptación climática no solo es posible, sino urgente. La primera línea de acción deben ser las Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN): restaurar humedales, conservar bosque nativo en cuencas, recuperar suelos que infiltran agua, reverdecer ciudades. Estas medidas, además de efectivas, son entre 2 y 18 veces más costo-eficientes que la infraestructura tradicional, según el World Resources Institute.

A eso se suma la necesidad urgente de mejorar la eficiencia hídrica: reducir pérdidas en redes urbanas, modernizar sistemas de riego, gestionar mejor la demanda. Y como complemento, no reemplazo, avanzar con nuevas fuentes de agua, como el reuso, la captación de lluvia y la desalación, aplicadas con enfoque territorial y sostenibilidad.

Desde Escenarios Hídricos 2030, hemos impulsado una visión integral para acelerar esta transición, combinando conocimiento técnico, diálogo multisectorial y propuestas concretas para enfrentar esta crisis con soluciones reales.

No adaptarnos tiene consecuencias concretas. No solo para las comunidades más expuestas, sino para el desarrollo del país completo y para la salud de los ecosistemas que nos sostienen. Porque no adaptarse, en el Chile de hoy, no solo es irresponsable. Es carísimo.

Por Paola Matus, líder de territorios resilientes de Escenarios Hídricos 2030.

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