
Estudio Ipsos revela preocupación de las personas en el cambio climático y los desafíos más urgentes por parte de empresas y gobiernos
En el Día de la Tierra, Naciones Unidas y un nuevo estudio de Ipsos advierten una desconexión entre la creciente preocupación ambiental y la acción. En Chile, la ciudadanía exige mayor compromiso de empresas y gobiernos, pero persisten barreras como la desinformación y la desconfianza.

Este 22 de abril, en el marco del Día Internacional de la Madre Tierra, Naciones Unidas invita a reflexionar sobre el rumbo que hemos tomado como sociedad y la necesidad urgente de cambiar hacia una economía más sostenible tanto para las personas como para el cuidado del planeta.
Una nueva encuesta global de Ipsos "Las Personas y el Cambio Climático" y los últimos datos del Informe de Desarrollo Sostenible de la ONU revelan una creciente preocupación por el medio ambiente, pero también una desconexión entre la conciencia ambiental y la acción efectiva.
Principales cifras y hallazgos
Entre el 24 de enero y el 7 de febrero de este año, Ipsos entrevistó a más de 23.500 personas mayores de 18 años en 32 países, revelando que “seis de cada diez personas (60%) sienten que si las empresas no actúan ahora para combatir el cambio climático, estarán fallando a sus empleados y clientes”. Sin embargo, esta cifra está disminuyendo en muchos mercados, sobre todo en los países del G7, donde la preocupación ha bajado respecto a 2021.
En paralelo, el Informe de Desarrollo Sostenible 2024 entregó un diagnóstico preocupante: “solo el 17% de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) están progresando adecuadamente”, mientras que más de un tercio están estancadas o retrocediendo. Desde 2019, 23 millones de personas adicionales han caído en la pobreza extrema, y más de 100 millones sufren hambre. Además, 2023 fue el año más cálido jamás registrado.
Percepción global y local: preocupación ante una crisis inminente
A nivel individual, la percepción del cambio climático es cada vez más alarmante. Según Ipsos, el 72% de las personas cree que ya está haciendo todo lo posible para proteger el medio ambiente, lo que sugiere una percepción de haber alcanzado un techo en el esfuerzo individual.
Del mismo modo, si hacemos un zoom hacia cada país, la inqiuetud es evidente. El 77% de la población de Chile, por ejemplo, está preocupada por la crisis climática y los impactos ambientales en el país, y a más de la mitad de los encuestados (53%) les parece importante impedir un aumento de la temperatura global promedio en 1,5° C.
En Chile, el 67% considera que si el gobierno no actúa ahora para combatir el cambio climático, estará fallando a la ciudadanía. Y un 68% opina lo mismo respecto a las empresas. Aun así, la desconfianza hacia proyectos y discursos verdes crece: solo el 22% de los encuestados a nivel global cree en lo que las empresas dicen sobre sus esfuerzos ambientales.
Factores como el costo, la disponibilidad y la falta de información siguen siendo grandes barreras: un 32% no sabe identificar productos sostenibles, lo que les impide tomar decisiones más responsables.
Para Miguel Pinto, subdirector de Estudios Públicos en Ipsos Chile, “los chilenos y chilenas sienten preocupación por el cambio climático, y en consecuencia, esperan acción de parte del gobierno, las empresas y los individuos. Solo uno de cada cuatro chilenos piensa que el país está siendo presionado a sacrificar demasiado para abordar la crisis, siendo el tercero de los 32 medidos donde menos personas piensan esto, lo que muestra que hay espacio para mayor acción en este ámbito. Las instituciones públicas y privadas deben tomar medidas para cumplir con las expectativas de la gente y sobre todo facilitar el acceso a conductas, productos y servicios que les permita tener vidas más sustentables”.
El rol de las empresas y los gobiernos
El informe deja en evidencia que la acción climática ya no puede recaer solo en los consumidores. Como advierte Günther Tallinger, miembro de la junta de Allianz, “si continuamos con nuestro comportamiento actual, el capitalismo tal como lo conocemos deja de ser viable”. A pesar del escepticismo, las empresas tienen herramientas para contribuir al cambio, pero faltan escala y rapidez en su implementación.
A nivel político, el estudio demuestra que la sostenibilidad también enfrenta obstáculos. La reelección de Donald Trump en Estados Unidos ha traído consigo una reacción contra los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) y los impulsos ambientales, dificultando la creación de consensos internacionales.
“Lamentablemente se ha sumado al escepticismo una posición política global que ha planteado que las medidas para generar una economía verde estarían frenando el desarrollo económico que se requiere para enfrentar la crisis global. Es importante informar con mucha responsabilidad a las personas sobre el impacto de una transformación hacia una economía limpia, escuchar a los científicos y personas expertas, que en Chile hay bastante y de alto nivel internacional, para desmitificar algunas ideas erróneas. Los efectos del cambio climático pueden llegar a ser mucho más devastadores para la economía global y eso es la que hay que enfrentar en el mediano plazo”, advierte Pinto.
Ahora bien, acorde con la inquietud del experto, el informe revela que más del 50% de los encuestados cree que la transición desde los combustibles fósiles a energías renovables tendría un impacto positivo en la calidad del aire.
Y si bien tanto empresas como el sector público están avanzando en materia de lucha contra el cambio climático, con distintos proyectos más o menos relevantes y conocidos por la ciudadanía, explica Pinto, “lo que se requiere es mayor educación e información para sumar a la ciudadanía a los esfuerzos institucionales, pero es clave también acelerar la transformación hacia una economía más responsable por que los avances se dan de manera más lenta de lo que avanza el problema".
Próximos desafíos: comunicación, confianza y accesibilidad
Para recuperar la conexión con la ciudadanía, cifras finales sobre la percepción de las personas ante la crisis climática, demuestran que las marcas y gobiernos deben abordar tres tareas claves: comprender la mentalidad de sostenibilidad de sus públicos, comunicar beneficios personales concretos más allá de lo técnico o ambiental, y facilitar las decisiones sostenibles.
Según Pinto, “la transición de combustibles fósiles a energías renovables es uno de los grandes desafíos de la humanidad para los próximos años, y los chilenos miran este cambio con un cierto optimismo, probablemente por el liderazgo de nuestro país en la materia. Una parte importante de la población espera que traiga mejoras en materia de empleo, calidad del aire, o salud, mientras que pocas personas esperan que haga más daño a la economía que los impactos negativos del cambio climático. Esto abre la puerta para la implementación de políticas que apunten hacia esta necesaria transformación con un amplio apoyo ciudadano”. concluye.
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