Laudato Si’: El Legado del Papa Francisco por el Agua y la Dignidad Humana
El agua limpia y el acceso a un saneamiento digno no son privilegios, sino derechos fundamentales que aún están lejos de ser garantizados para millones de personas. Inspirados por el mensaje del Papa Francisco en "Laudato Si´", que elevó esta urgencia a un llamado ético global, TECHO y Softys hoy recuerdan en esta columna que la verdadera transformación nace de la acción conjunta entre comunidades, empresas y organizaciones comprometidas con la dignidad humana.

Por Gonzalo Darraidou, CEO Softys y Benjamín Donoso, presidente TECHO Internacional
“La verdadera medida de una sociedad se encuentra en cómo trata a sus miembros más vulnerables”. Estas son palabras que el Papa Francisco dirigió a la opinión pública en 2015 con la publicación de su encíclica Laudato Si’ sobre el cuidado de la Casa común.
Por medio de sus palabras, el Santo Padre hacía resonar con fuerza una idea planteada consistentemente en sus discursos: el derecho primordial que tiene cada ser humano de contar con un espacio digno para vivir, donde el saneamiento y el agua cristalina y segura estén disponibles cotidianamente.
Francisco insistía en el mismo mensaje no solamente desde los muros vaticanos, sino que lo llevó a los foros mundiales del agua, a los salones de la FAO y a cada tribuna donde dio visibilidad a esa necesidad básica, no cubierta especialmente entre los más humildes.
En días en que los líderes de todo el mundo despiden su figura, las palabras del Papa siguen resonando en lugares donde la tierra es más árida y las necesidades de los más vulnerables siguen siendo urgentes.
Porque, a pesar de denunciar una “grave deuda social” para con los despojados de agua potable y saneamiento, la realidad es que aún el actuar de gobiernos y organizaciones es insuficiente, que aún no se responde con la contundencia necesaria.
América Latina y el Caribe siguen enfrentando graves problemas de pobreza. Más de 180 millones de personas viven en asentamientos, tres de cada cuatro habitantes carecen de alcantarillado y la mitad no cuenta con servicio de agua potable.
En medio de un complejo panorama de carencias, TECHO y Softys, a través del programa Softys Contigo, cumplen hoy cuatro años de una alianza que busca aportar para cambiar esa realidad. A través del trabajo en campamentos de ocho países de nuestra región, el voluntariado de ambas entidades ha llevado agua, higiene y educación a las comunidades donde más se necesita.
Un baño, un alcantarillado o un tanque de agua puede cambiar la vida de miles de individuos. Desde el inicio de esta alianza, más de 30 mil personas han sido beneficiadas y en 123 comunidades se ha hecho efectiva esta transformación.
Cada día es más evidente que la unión de fuerzas entre organismos públicos, privados y organizaciones de la sociedad civil es la vía para lograr impactos significativos.
“El clamor de la tierra y el clamor de los pobres son el mismo clamor”, nos recuerda Francisco. En un mundo donde millones aún sufren de sed y falta de saneamiento, este tipo de alianzas, al brindar soluciones concretas, nos demuestra que la acción colectiva es la mejor respuesta y que todos los esfuerzos suman, en especial cuando son en conjunto.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
3.
¿Vas a seguir leyendo a medias?
Todo el contenido, sin restriccionesNUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mes SUSCRÍBETE