En 2017, Chile tuvo su segundo verano más caluroso en más de 50 años
El Informe Anual del Estado del Clima destacó las inusuales condiciones climáticas en el país, con extensos períodos de sequía y olas de calor extremas, para luego derivar en el aumento en las precipitaciones y la mayor nevada en casi 100 años.
El Informe Anual del Estado del Clima, emitido por el Gobierno de Estados Unidos y publicado hoy, no sólo evidenció los máximos históricos en cuanto a la cantidad de gases de efecto invernadero en la Tierra, sino también reflejó los grandes cambios en el clima de Sudamérica, siendo el área de Chile, Argentina y Uruguay los más afectados.
De acuerdo al informe, temperaturas superiores a lo normal se observaron en el sur de Sudamérica durante 2017, con medias anuales de 0.5°C y 1.5°C por encima de lo normal, con marcados aumentos en Uruguay y sobre todo Argentina en el centro y norte durante 2001-2010, con un aumento significativo en todo el país entre 2011 y 2017.
El verano (diciembre-febrero) 2016/17 fue particularmente cálido en la mayoría de los países, con temperaturas medias de 1°C y 2°C por encima de lo normal. La duración máxima del calor extremo varió entre cinco y ocho días, y para algunos lugares estas condiciones se extendieron hasta principios de marzo, lo que resultó en una de las últimas olas de calor registradas en la zona.
El invierno (junio-agosto) de 2017 fue extremadamente cálido en gran parte de Sudamérica, con temperaturas de 1°C a 3°C por encima de lo normal en las áreas este y norte, con períodos de frío y fuertes nevadas en el sur de Chile. La primavera (septiembre-noviembre) se caracterizó por temperaturas por debajo de lo normal, y el enfriamiento del Océano Pacífico durante el período contribuyó al cambio en el patrón de temperatura en toda la región.
Chile: Sequía, incendios y nevazones
El informe señala que en el centro-sur de Chile, las condiciones de sequía moderada a severa continuaron por octavo año consecutivo, aunque la extensión geográfica de la sequía extrema disminuyó con un ligero aumento de las lluvias invernales. El área central tuvo precipitaciones inferiores a lo normal, con un clima particularmente seco y una sequía que contribuyó al desarrollo de incendios forestales, sumado al segundo año más seco en la Isla de Pascua desde 1950.
Durante enero, una ola de calor fuera de lo común afectó al centro de Chile, siendo las ciudades de Antofagasta y Curicó quienes registraron los períodos cálidos más prolongados, con temperaturas
extremadamente altas durante 14 y 17 días, respectivamente. En Santiago, la temperatura aumentó a 37,4°C -el valor más alto registrado en 104 años- mientras que Chillán (41,5°C), Los Ángeles (42,2°C) y Curicó (37,3°C) también rompieron sus récords de temperatura máxima. Esto marcó el segundo verano más cálido desde 1964.
La sequía, combinada con altas temperaturas, provocó devastadores incendios forestales en grandes áreas del centro y sur de Chile en enero. Se quemaron más de 600 mil hectáreas, con miles de personas afectadas.
Por otro lado, el documento destaca al sur de Chile dentro de los totales de precipitación más significativos en la región en 2017: en mayo, intensas lluvias diarias de más de 100 milímetros afectaron a la región de Coquimbo, lo que fue considerado como "el evento más extremo" desde la década de 1950, lo que también se repitió en La Serena, con el 200% de sus precipitaciones normales durante el mes.
Todo esto culminó el 15 de julio, cuando Santiago experimentó su mayor nevada desde 1922, con hasta 10 cm de nieve.
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