Cuando se habla de un accidente cerebrovascular (ACV), se alude a una emergencia médica que se desencadena cuando hay una interrupción del suministro de sangre hacia el cerebro.
O también, cuando existe un sangrado dentro de este órgano, según detallan desde el Ministerio de Salud de Chile en un artículo publicado a finales del año pasado.
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) estiman que unas 15 millones de personas sufren de este diagnóstico al año.
“A medida que las personas envejecen, sus arterias tienden a volverse menos flexibles”, por lo que es más probable que aparezca esta complicación médica, explicó al Washington Post la especialista de NYU Langone Health, Doris Chan.
No obstante, desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), han advertido que un 80% de los accidentes cerebrovasculares se pueden prevenir.
Con el objetivo de reducir las probabilidades de enfrentar un ACV, un grupo de especialistas de la salud compartió al citado medio estadounidense un total de 6 consejos clave.
1. Vigilar estos factores
Los expertos explicaron al Post que hay ciertos aspectos que es necesario controlar para reducir los riesgos de enfrentar un ACV.
Entre ellos se encuentran algunos como la hipertensión, llevar una buena alimentación, mantener un peso saludable, hacer ejercicio con regularidad y limitar la ingesta de sodio, según explicó el doctor Sahil Khera del Hospital Mount Sinai de Nueva York.
Si se toman esas medidas y de todas formas se presenta una tensión arterial alta, es clave volver a consultar con un médico, ya que puede que se deban modificar los niveles y revisar si algún medicamento podría estar interfiriendo.
A esto se le suma que hay que controlar los casos de fibrilación auricular, lo que se traduce —a grandes rasgos— en que haya un ritmo cardíaco irregular.
Según datos rescatados por el citado medio, las personas que enfrentan este padecimiento tienen cinco veces más probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular.
Así que, si se tienen síntomas como palpitaciones, presión en el pecho, falta de aire o mareos, es importante consultar a un doctor para descartar —o tratar— la presencia de ese diagnóstico.
De la misma manera, la directora de la organización Atria New York City, Nieca Goldberg, aseguró que la diabetes tipo 2 y el colesterol alto también aumentan las probabilidades de sufrir un ACV.
2. Hacer actividad física
Mantener una rutina de ejercicio favorece a combatir aristas como el sobrepeso o la obesidad, las cuales son en sí mismas un factor de riesgo. Según manifestaron los expertos, la probabilidad es mayor en las personas que tienen mucha grasa centrada en el abdomen.
Los CDC sugieren un tiempo mínimo de 150 minutos de actividad física moderada a la semana.
Según Nieca Goldberg, aquí también cuentan actos como, por ejemplo, pasar la aspiradora o salir a caminar.
En contraposición, una investigación publicada en JAMA Network Open a mediados del año pasado determinó que quienes pasan sentados 13 horas diarias o más, tienen un 44% más de probabilidades de enfrentar un ACV.
La académica de la Universidad de Alabama en Birmingham, Erin Dooley, dijo que si actualmente llevas un estilo de vida sedentario, puedes partir probando de a poco, añadiendo 500 pasos cada vez que te ejercites.
“No tienes que darles todos a la vez”, aseguró, “basta con caminar por el pasillo de vez en cuando para obtener beneficios”.
3. Llevar una alimentación saludable
Tanto para disminuir el riesgo de un ACV como para combatir el posible desarrollo de otras enfermedades, controlar los alimentos que se comen es una arista clave.
El doctor Sahil Khera afirmó que la dieta mediterránea puede ser una buena opción para este objetivo, ya que incluye cereales integrales, frutas, verduras, legumbres y grasas que son beneficiosas para el corazón.
Entre estas últimas se encuentra el aceite de oliva, además de porciones reducidas de proteínas animales como el pescado.
4. Regular el consumo de alcohol y tratar de dejar de fumar
Un estudio publicado a inicios de este año en la revista académica Neurology advirtió que el consumo elevado de alcohol se relaciona con un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
Si bien, Goldberg enfatizó que reducir la ingesta es crucial, también se debe considerar espaciar el consumo a lo largo del tiempo.
En el caso de que se fume, la especialista recomendó dejar de hacerlo, ya que aquello duplica las probabilidades de enfrentar tanto un ACV como un infarto de miocardio.
5. Evitar la contaminación
A finales de 2022 se publicó una investigación en la revista Stroke, la cual advirtió que la exposición —incluso a corto plazo— a la contaminación atmosférica puede aumentar el riesgo de tener un accidente cerebrovascular.
Es por eso que, según manifestaron los expertos al Washington Post, es importante tener el cuidado de no exponerse a zonas en donde la calidad del aire está altamente contaminada.
Respecto a los interiores, sugirieron ventilar las secadoras de ropa y considerar elementos como un purificador de aire.
6. Controlar el estrés
El estrés también ha sido asociado como un factor que puede elevar el riesgo de sufrir un ACV.
Frente a este escenario, Goldberg planteó que existen aplicaciones basadas en la atención plena y el mindfulness que pueden ayudar a controlarlo.
Asimismo, citó un estudio publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health que asegura que estas apps además pueden servir para disminuir la presión arterial, un factor de riesgo relacionado a los accidentes cerebrovasculares.
Cabe destacar que siempre es recomendable acudir a un especialista para evaluar tu caso y las mejores formas de tratarlo.