BeReal: por qué la generación Z está perdiendo el pudor
Aunque la red social fue estrenada en enero del 2020, en los últimos meses ha ganado una popularidad explosiva en la vida cotidiana de las generaciones más jóvenes. ¿Qué es lo que hizo BeReal para cautivar por completo a una audiencia difícil de conquistar? Acá, sus usuarios y un grupo de expertos dilucidan los motivos, así como también los riesgos que se esconden detrás de ella.
Cuando Caterina Matta (25) se encuentra en medio de una junta con sus amigos durante los fines de semana, le tiende a llegar una notificación de alerta en su celular.
“¡Es hora de BeReal!”, le dice a las personas que están con ella mientras prepara la cámara de su teléfono.
“¿Hora de qué?”, le pregunta la mayoría de ellos.
“¡Rápido! Tenemos dos minutos, después les explico”, responde ella, para luego tomar una foto de todos ellos con la cámara frontal y trasera de su móvil.
Matta es solo una de las millones de personas que hoy usa BeReal, aplicación móvil que hace unos meses era desconocida y que ahora llegó a cambiar por completo la forma en que entendemos las redes sociales.
De qué se trata BeReal
Con el concepto “Your friends for real” (“tus amigos de verdad”, en español), el principal objetivo que busca la red social es la espontaneidad. Para conseguirlo, envía una notificación push a una hora aleatoria del día para que así las personas compartan lo que están haciendo en ese preciso momento. Sea estar acostado, sentado frente al computador o paseando al perro, cualquier actividad común y corriente es válida para BeReal.
El formato es así: con la cámara frontal se captura cómo luce el usuario y con la trasera, la vista de lo que está observando. Cada fotografía dura 24 horas en la plataforma y puede ser publicada en “discovery” (el modo público) o solo para los amigos, dependiendo de la configuración personal de cada usuario.
Eso sí, compartir ese trozo de cotidianidad debe ser bajo ciertas reglas. La app solo permite sacar la foto en un plazo máximo de dos minutos, sin filtro ni edición alguna, a diferencia de otras como Instagram y TikTok.
Si la foto se toma más de una vez o se publica horas después de que llegó la alerta, la red social te “acusa” frente al resto por ser poco auténtico.
Asimismo, también se incorporó la función de notificar si alguien tomó una captura de pantalla a tu BeReal.
A pesar de que fue estrenada a inicios del 2020 por los programadores Alexis Barreyat y Kévin Perreau en Francia, ha sido en los últimos meses que cautivó por completo a la generación Z y a parte de los millennials más jóvenes.
Según datos reunidos por Infobae, solo durante el primer trimestre de 2022, BeReal tuvo 3.5 millones de descargas en todo el mundo, es decir, un 400% más que en el cuarto trimestre del 2021. Hoy, a semanas de terminar el 2022, tiene más de 10 millones de usuarios activos, quienes suben contenidos periódicamente.
La popularidad que ha tenido BeReal también ha traído como consecuencia que otras plataformas busquen incorporar un formato casi idéntico para los usuarios. Es el caso de TikTok, que recientemente incorporó la función “TikTok Now” que permite no solo fotos con la cámara frontal y trasera, sino que también videos. Instagram, en tanto, también está planificando instalar esta modalidad que podría llevar el nombre “Glimpse”.
Pero, ¿por qué BeReal ha encantado a la generación Z? ¿Cuáles son los riesgos que esta red conlleva, más allá de su “espontaneidad”?
Esto dicen sus usuarios y los especialistas.
Una experiencia espontánea
Corría el mes de agosto y Diana Allendes (21) miraba TikTok en su celular para distraerse. Mientras estaba en la aplicación le aparecieron varios “trends” que mostraban fotos con cámara frontal y trasera en situaciones inesperadas, que en su mayoría eran publicadas por jóvenes europeos.
Inmediatamente le llamó la atención y se fijó en el nombre de la red social que permitía sacar esas fotos: BeReal. Junto a otras amigas, bajaron la aplicación en sus celulares y comenzaron a experimentar con ella “porque era muy diferente a todas las otras”, cuenta Allendes a La Tercera.
De ahí en adelante, no paró de subir contenidos cada día. “La aplicación avisa cuando tus amigos publican una foto, entonces eso ayuda también a interactuar y estar viendo el contenido que suben”, dice.
Lo que más la cautivó fue que la alerta diaria podía llegarle en una situación aleatoria, además de que es una suerte de plataforma para “chismear” con los amigos más cercanos.
Tal como le sucede a Caterina Matta, cuando Allendes ha estado de fiesta con sus amigos, ella dice “¡alerta de BeReal!”, posan en conjunto y se toman la foto diaria que pide la red social. Eso sí, tratando de que todo sea lo más natural posible y sin repetir la toma, recalca la joven.
A diferencia de Allendes, Joaquín Lazo (24) no supo de la existencia de BeReal por TikTok, sino que fue a través de Instagram. En septiembre de este año vio que sus amigos la subían a historias, le causó curiosidad y la bajó para ver de qué se trataba. Ahora, al ver su calendario de BeReal (donde se puede visualizar los días exactos del año en que has subido fotos), cuenta que ha publicado prácticamente todos los días.
“Lo que más me gusta es que es una aplicación en la que no tienes que gastar tanto tiempo de pantalla en ella, que es algo de lo que sufro y que también se sufre generacionalmente. Acá no se monetiza tu tiempo de estadía, no está pensada para que estés ahí por lo que no te bombardean de contenido todo el rato”, reflexiona Lazo.
Trinidad Vera (23) se enteró de BeReal mientras estaba en una fiesta y sus amigos comenzaron a hablar de la aplicación. Escuchó de qué se trataba y le encantó la idea, la bajó en su celular y agregó a las personas que estaban en la fiesta.
“Yo siento que es súper real, le hace mucha justicia a su nombre. En todas las fotos de mis amigos veo que, por ejemplo, están tirados en la cama. También los sigo a ellos en Instagram y veo que suben otros tipos de contenido”, comenta.
Para Vera, lo que caracteriza a BeReal es que es fácil y rápida de usar. “Eso también es parte de lo que me gusta, que sea tan sencilla. No te llenas la cabeza con excesos de contenidos o ideas, no te consume como cualquiera de las otras que generalmente usamos”, añade.
Cuando la vergüenza pasa de moda
Matta es enfática en que la mayoría de los usuarios de la red social tienden a subir contenidos de la manera más natural posible, especialmente cuando estos pertenecen a la generación Z.
“Yo creo que una de las grandes características de ellos es que no necesitan ser ‘perfectos’, a diferencia de los millennials o centennials, para quienes el tema de las apariencias suele ser importante”, opina Matta. “Los puedes pillar en el baño, muy arreglados, carreteando, llorando o durmiendo, no tienen miedo de mostrar lo que les está pasando. Esa es una de las razones de por qué yo la descargué”.
La académica de la Facultad de Psicología de la U. Diego Portales, Alejandra Rossi, explica que esta tendencia a no mostrarse “perfecto” en las redes puede ser en reacción a aplicaciones como Instagram, “donde el uso de filtros y de lo falso es excesivo, sobre todo para generaciones que usan la reacción como forma de expresión. La búsqueda de lo real puede hacerlos sentir más cercanos los unos a los otros, lo que es importante en el tiempo que estamos viviendo”, dice la experta.
Caterina Matta reflexiona en esa misma línea. “Una se olvida un poco de la vergüenza en sí misma. Chao, te pilló donde te agarró no más. Sigo subiendo bajo ese mismo lema de ‘filo, hay que perder la vergüenza’, da lo mismo si se te ve la doble pera, si salen tus ojeras o si se ve la casa desordenada al fondo. Esas cosas ya pasan un poco al segundo plano y casi como que hace este panorama entretenido”, cuenta.
“Aun así, igual tengo amigos que dicen ‘uy, ojalá me pille en el concierto de Bad Bunny’ o haciendo otra actividad bacán, pero creo que eso está un poco más dentro de los millennials”, sentencia.
Los eventos inesperados en BeReal
Una de las personas que tuvo esa suerte fue Diana Allendes. El 29 de octubre, la estudiante universitaria asistió a uno de los conciertos que Bad Bunny tenía agendado en Chile, en el marco de su gira World’s Hottest Tour. Y como ya la alerta de BeReal era una actividad diaria, solo quedaba esperar a que llegara en el momento indicado. Hasta que llegó.
“Justo tomé un BeReal en el concierto cuando él estaba en la palmera voladora, cantando sobre ella”, cuenta con emoción.
Sin embargo, no todas las anécdotas que se muestran en la red social son de ese tipo.
Joaquín Lazo recuerda el día en que fue a visitar a una amiga en su departamento. Apenas entró al lugar fue recibido por Violeta, la perrita salchicha del hogar, pero él no imaginó que ella sería una de las protagonistas en su BeReal de esa tarde.
“A mí me quiere mucho, entonces cuando llegué, la saludé y se emocionó”, relata Joaquín. “Luego tenía que hacer algo en el computador, me senté y de repente me siento mojado, (Violeta) se había orinado de la emoción y no me di cuenta”.
Tras ese percance, solo bastaron unos minutos para que le llegara la alerta de BeReal, así que Lazo no tardó en reaccionar y le dijo a su amiga: “Sácame una foto así”.
En sus palabras, “fue muy chistoso” y ambos no pararon de reír durante esa tarde.
Cómo “ganar” en BeReal
A diferencia de otras redes sociales como Instagram, en donde la cantidad de likes y comentarios se convierte en un factor determinante en la popularidad de sus usuarios, en BeReal los “ganadores” son quienes muestran la situación más curiosa e inesperada del día.
Una experiencia en esa línea le ocurrió a Allendes, quien al asistir al concierto de Harry Styles en el Estadio Bicentenario se encontró con el “tío One Kiss”, un británico que se hizo viral en TikTok tras subir un video cantando el single “One Kiss” de Dua Lipa y Calvin Harris, durante un partido de fútbol entre el Liverpool y el Manchester City por la FA Cup.
“Analicé bien su cara y me di cuenta de que era él”, cuenta a La Tercera.
Lo pensó unos segundos y decidió unirse al grupo de personas que quería sacarse una foto con él: “dije ‘este es el momento’ (...) justo había llegado hace poquito la alerta y dije ‘ya, haré un BeReal y hoy voy a ganar’”.
Otros cibernautas de Twitter también han dejado en evidencia esa curiosa práctica de “ganar” en la plataforma social. A mediados de septiembre, el usuario de Twitter llamado @baltaud subió la clásica foto que permite BeReal con una captura de la cámara frontal y trasera, en la que se veía su amigo y la cantante Dua Lipa en el cementerio Recoleta de Argentina. “Mi amigo ganó en BeReal”, se lee en el tweet que tiene más de 81 mil me gusta.
Algo parecido le sucedió a otro usuario de Twitter, @angelshmood, quien en octubre de este año subió su BeReal junto a la cantante Lana del Rey. “Esto sí que es ganar en BeReal”, comentó alguien en el tweet.
Pero al igual que en cualquier otro rincón del mundo digital, la diversión también trae sus riesgos.
Compartir fotos a cambio de datos: los riesgos silenciosos de la red social
A pesar de que BeReal ha sido destacada por impulsar a sus usuarios a alejarse del contenido demasiado “preparado” y poco natural, también hay que considerar los peligros de sobreexposición y transgresión a la privacidad que implica el uso de esta plataforma.
All firmar los términos y condiciones, los usuarios de BeReal están concediendo un permiso por 30 años para que la aplicación pueda utilizar los contenidos para los fines que estimen convenientes, permitiendo que BeReal almacene, modifique, distribuya e incluso promocione comercialmente cualquier tipo de archivo que haya sido tomado dentro de la plataforma.
La geolocalización en tiempo real es otro de los riesgos. Si bien se puede desactivar en la configuración del teléfono, quien no lo sepa y esté apresurado para subir contenido podría compartir su ubicación exacta de ese momento, lo que podría significar un peligro para la seguridad personal.
Juan Carlos Lara, co-director ejecutivo de la ONG Derechos Digitales, afirmó a La Tercera que en su conjunto estos permisos “son una forma no solamente de favorecer un negocio directo de las aplicaciones, sino que también de favorecer que cuenten con más información y más contenido para el entrenamiento de su propio sistema o para poder desarrollar más aplicaciones. Eso se traduce en un aprovechamiento de la información y de las personas, aceptado a través de los términos y condiciones de uso por esta promesa de una aplicación de carácter social”.
En palabras de Lara, también surge otra variable que puede resultar dañina para quienes utilizan BeReal y que justamente tiene relación con la propia naturaleza de la aplicación: compartir con quienes conocemos (y también con quienes no) la intimidad de nuestra vida.
“Puede ser que mi BeReal signifique mostrar una pantalla o una pizarra de un lugar de trabajo y que esté mostrando información sensible de otras personas. Eso en lo superficial es un problema que se ve aumentado cuando una aplicación como BeReal tiene a la vez por defecto activada la geolocalización, por lo que no solo estoy mostrando qué estoy haciendo y con quién, sino que además puedo indicar precisamente dónde”, dice el abogado.
“Esta clase de información puede significar riesgos para la privacidad y la seguridad de las personas que la utilizan, así como también para otras personas que no son yo y que están simplemente dentro de mi rango, porque se me ocurrió hacer un BeReal en un momento específico”, agrega Lara.
Sin embargo, ser partícipe de BeReal también puede hacerse con responsabilidad, tomando ciertas medidas para hacer de la plataforma un espacio más seguro.
El co-director de la ONG Derechos Digitales asegura que uno de los cuidados debe ser no exponer información o datos que sean sensibles en las fotografías que se suben a BeReal, sean propios o de personas externas.
“También cada vez que exista una persona distinta a uno mismo que pueda aparecer en una imagen, contar con su consentimiento”, dice Lara. “En aplicaciones como ésta hay que preocuparnos de desactivar funcionalidades como la geolocalización por defecto, sea cortándole el acceso a localización en las configuraciones del teléfono que cada persona tenga y también dentro de la aplicación”.
Por último, el abogado enfatiza que al tener una cuenta de BeReal no es estrictamente necesario entregar datos como el nombre completo o el acceso a la agenda de contactos, lo que significa a su vez entregar información de terceras personas.
“Esta clase de cuidados no solamente es útil para BeReal sino que también para cualquiera que en el futuro nos quiera ofrecer una experiencia social a costa de un montón de información personal”, sentencia.
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