Según una encuesta de opinión en la que participaron casi seis mil mujeres de 11 países del continente, las chilenas son las segundas que más violencia de género han sufrido en el último año y las terceras que más han vivido acoso sexual, también en el último año.
En el Día Internacional de la Mujer, la agencia Activa Research y Worldwide Independent Network of Market Research (WIN) dieron a conocer los resultados de las entrevistas que hicieron a mujeres de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, EE.UU., Ecuador, México, Perú, Panamá y Paraguay, las que fueron consultadas por la percepción de respeto a sus derechos, violencia de género y acoso sexual.
De acuerdo a las cifras, el 30% de las chilenas ha sufrido violencia de género (física o psíquica) en el último año y el 39%, acoso sexual. Consultadas por cuánto creen ellas que se respetan sus derechos, seis de cada 10 chilenas dicen que poco o nada.
Sofía Arbulú, directora de Proyectos de Activa, explica que el objetivo de la investigación fue evaluar y conocer las percepciones de las mujeres en América. Uno de los elementos más llamativos, a su juicio, es la gran diferencia que se produce entre Canadá y EE.UU., versus el resto de los países de Latinoamérica. Mientras el 93% de las mujeres en Canadá y el 74% en EE.UU. dicen que sí se les respetan sus derechos, en el resto de los países (como promedio) solo el 64% señala que les son vulnerados, porcentaje que en el caso de Chile llega al 34%.
"Son muchas las razones que lo explican, "EE.UU. y Canadá, pero especialmente este último, se ha declarado feminista, donde sus normativas van acordes con los derechos de igualdad entre hombres y mujeres. En América Latina, este discurso está recién empezando", dice.
Cuando se revisan las cifras chilenas, la encuesta revela que las mujeres sobre 31 años se sienten más vulneradas en sus derechos. La situación cambia cuando se trata de violencia de género y acoso sexual, en estas dos materias son las mujeres más jóvenes las que más dicen sufrirla. Así, entre los 18 y 30 años, el 38% de las mujeres reconoció haber sido víctima de violencia de género en el último año, mientras que en el grupo de 46 años y más, la cifra baja a 23%. Lo mismo ocurre con el acoso sexual, entre los 18 y 30 años el 56% reconoce haberlo sufrido, pero en el grupo de los 46 años y más, baja a 28%.
A Lorena Astudillo, abogada de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, las cifras no le sorprenden. "Chile se ha preocupado mucho de mostrar hacia afuera que su economía se mantiene estable, pero se ha preocupado poco de la integridad de las personas y, en especial, de las mujeres", dice.
Sobre la diferencia que se produce entre mujeres más jóvenes y mayores, la abogada señala que a menor edad, las mujeres tienen mayor conciencia de sus derechos y de la igualdad entre hombres y mujeres, por lo que identifican más acciones de violencia y de acoso. "A las más grandes les cuesta reconocer hechos de violencia o acoso, de alguna manera, por la experiencia que tienen, la violencia está más naturalizada, muchas siguen asociando violencia solo con la pareja, pero no es así. Se tiende a minimizar estos hechos, a creer que hay que resistir. También está el factor vergüenza. Las mujeres más jóvenes acusan más, no están dispuestas a soportar, identifican la violencia y el acoso y lo verbalizan", indica.
Para Lidia Casas, profesora de la U. Diego Portales y directora del Centro de Derechos Humanos de esta casa de estudios, es importante considerar que en los distintos países el concepto de violencia no es el mismo. En países como México o Colombia, donde la violencia está más instalada en la sociedad, la violencia de género tiende a minimizarse, incluso por las propias mujeres. En todo caso, destaca que en Chile está instalado que la violencia no es aceptable en ningún ámbito.
También cree que hay un cambio de mentalidad en las más jóvenes, que hace que denuncien más y sin vergüenza el haber sido víctimas de violencia o acoso. "Las más jóvenes sienten menos percepción de ventajas con los hombres, se ven más iguales y tienen más conciencia de violencia, por lo que se sienten más atacadas también", explica.