Científicos encuentran un capítulo oculto de la Biblia que tiene más de 1.500 años
Los investigadores encontraron un capítulo oculto que está escrito en siríaco antiguo, una pieza que podría ser clave para “reconstruir el rompecabezas de la historia de la Biblia”.
Estaba oculto entre dos capas de escritura. Se trata de un capítulo oculto de un texto bíblico que se escribió hace aproximadamente 1750 años y que unos científicos hallaron con una técnica de luz ultravioleta.
Y es que antiguamente, el papel se hacía a partir de la piel de los animales y era bastante escaso, por lo que nuestros ancestros escribían, borraban y reutilizaban el papel, dejando atrás las escrituras anteriores “borradas” e ilegibles. No obstante, esta tecnología logra descubrir mensajes que, a simple vista, no se pueden ver, sin importar cuántas veces se reutilice el material.
El capítulo oculto de la Biblia
Los científicos publicaron su descubrimiento en la revista New Testament Studies: analizaron un palimpsesto (así se le llama a este papel que se “reutiliza”) y encontraron el capítulo que se había enmascarado detrás de dos capas de escritura.
Y grande fue la sorpresa de los investigadores. Se trataba de una nueva traducción de los capítulos 11 a 12 del Evangelio de Mateo, un discípulo de Jesús que recaudaba impuestos, lo que podría agregar mucho más texto y explicación al evangelio que se conocía antes del descubrimiento.
Aunque todavía no está la traducción completa, los científicos pudieron comparar una interpretación del versículo 1 del capítulo 12 con el evangelio de traducción griega. El original dice: “En aquel tiempo, Jesús pasaba por los campos de trigo en sábado; y sus discípulos tuvieron hambre y comenzaron a arrancar espigas y a comer”.
En paralelo, el nuevo descubrimiento de traducción siríaca tiene una leve diferencia al final: “comenzaron a recoger espigas, se las frotaban en las manos y se las comían”.
Un encuentro entre la tecnología y la investigación clásica
Grigory Kessel, medievalista de la Academia de Ciencias de Austria y partícipe del hallazgo, dijo que “hasta hace poco solo se conocían dos manuscritos que contenían la traducción al siríaco antiguo de los evangelios”.
Y es que la tecnología de la luz violeta hizo posible que en este manuscrito, que en realidad había sido descubierto en 1953, redescubierto en 2010 y digitalizado en 2020, se encuentre este nuevo capítulo del que nadie se había dado cuenta que estaba ahí antes.
“Este descubrimiento demuestra cuán productiva e importante puede ser la interacción entre las tecnologías digitales modernas y la investigación básica cuando se trata de manuscritos medievales”, dijo Claudia Rapp, directora del Instituto Medieval de la Academia de Ciencias en Austria.
Además, el doctor Garrick Allen, profesor titular de estudio del Nuevo Testamento de la Universidad de Glasgow, le dijo al medio Daily Mail que el descubrimiento “puede proporcionar una idea más clara de las primeras traducciones de la Biblia y de sus comunidades”.
Así también pensó el profesor Hugh Houghton, del departamento de Teología y Religión de la Universidad de Birmingham: “Dado que sobreviven pocos manuscritos de los primeros siglos, todas las piezas son bienvenidas para reconstruir el rompecabezas de la historia del texto”.
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