Científicos encuentran una posible señal de vida en un planeta lejano: esto dice su investigación
Los investigadores sugieren, a partir de sus hallazgos, que el planeta K2-18b podría albergar vida. Aseguran que se trata del indicio más fuerte de vida extraterrestre hasta la fecha.
Un equipo de científicos encontró lo que promete ser el indicio más sólido de vida extraterrestre hasta la fecha, según sostienen.
Los hallazgos de los investigadores se posicionan en un planeta conocido como K2-18b, el cual no está en nuestro sistema solar y orbita alrededor de una estrella situada a unos 120 años luz de la Tierra.
De acuerdo a los especialistas, los análisis de la atmósfera del exoplaneta sugieren la abundancia de una molécula que en la Tierra proviene de organismos vivos como las algas marinas.
El astrónomo de la Universidad de Cambridge y autor del estudio, Nikku Madhusudhan, declaró en una conferencia de prensa que “a nadie le interesa afirmar prematuramente que hemos detectado vida”.
Sin embargo, agregó, los hallazgos de su equipo podrían significar que K2-18b esté cubierto por un océano en el que haya vida.
La investigación fue publicada a mediados de abril en la revista científica The Astrophysical Journal Letters.
En palabras de Madhusudhan: “Es un momento revolucionario”.
“Es la primera vez que la humanidad observa posibles biofirmas en un planeta habitable”, agregó en declaraciones rescatadas por el New York Times.
Cómo se encontró una posible señal de vida en un planeta lejano
Previamente, un equipo de astrónomos canadienses ya había identificado al K2-18b en 2017, mientras observaban a través de telescopios terrestres posicionados en Chile.
Este tipo de planeta, aunque se puede encontrar fuera de nuestro sistema solar, no cuenta con algún análogo en las cercanías de la Tierra.
Dicho factor dificulta que los científicos puedan estudiarlo desde cerca.
Según rescata el Times, estos planetas son conocidos como subneptunos y se caracterizan porque tienen un tamaño mayor que los planetas rocosos de nuestro sistema solar interior.
Sin embargo, son más pequeños que Neptuno y otros planetas dominados por el gas del sistema solar exterior.
Madhusudhan y su equipo plantearon en 2021 que los subneptunos estaban cubiertos de océanos cálidos de agua y envueltos en atmósferas que contenían hidrógeno, metano y otros compuestos de carbono.
Con el objetivo de describir a estos planetas, utilizaron el término “hicéano”, una combinación entre las palabras “hidrógeno” y “océano”.
Los astrónomos pudieron observar con mayor detalle los subneptunos y otros planetas distantes tras el lanzamiento del telescopio espacial James Webb en 2021.
Cuando Madhusudhan y sus colegas analizaron al K2-18b, notaron que tenía muchas de las moléculas que esperaban que tuviera un planeta hicéano.
Junto con ello, en 2023, reportaron que también habían detectado indicios débiles de sulfuro de dimetilo, compuesto que está formado por azufre, carbono e hidrógeno.
Según explicaron, en la Tierra, la única fuente conocida de dicho compuesto es la vida.
Por ejemplo, ciertas formas de algas marinas lo producen. Luego, se difunde en el aire y contribuye a ese olor característico que se puede sentir en el mar.
En 2024, Madhusudhan y su equipo utilizaron otro instrumento para analizar la luz estelar que atravesaba la atmósfera del planeta. Ahí, encontraron indicios más fuertes de sulfuro de dimetilo, además de una molécula similar llamada disulfuro de dimetilo.
Los hallazgos llevaron a que plantearan que K2-18b podría albergar una gran cantidad de sulfuro de dimetilo en su atmósfera, lo que a su vez, podría significar que sus mares hicéanos cuentan con vida.
No obstante, entre los investigadores hay consenso en que todavía se requieren más estudios al respecto.
El científico planetario de la Universidad de Maryland, Matthew Nixon, quien no participó en esta investigación, afirmó al Times que “es importante recordar que apenas estamos empezando a comprender la naturaleza de estos mundos exóticos”.
Por su parte, el científico planetario de la Universidad John Hopkins, Stephen Schmidt, declaró que aunque los hallazgos son “un indicio”, todavía “no podemos concluir que sea habitable”.
De la misma manera, el científico planetario del Instituto de Investigación del Suroeste de San Antonio (Texas), Christopher Glein, anticipó que si hay vida extraterrestre en K2-18b o en cualquier otro planeta, su descubrimiento tomará tiempo.
“A menos que veamos a E.T. saludándonos, no va a ser algo irrefutable”, precisó.
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