La inteligencia artificial (IA) se ha posicionado como una de las herramientas más comentadas en el ámbito de la tecnología. Muchos científicos han recurrido a ella para mostrar de manera gráfica las conclusiones de sus investigaciones.
Así lo hizo un grupo de ellos, quienes publicaron en la revista Human Reproduction imágenes de cómo el consumo de alcohol antes y durante el embarazo puede afectar en el rostro del bebé.
Según explicaron los especialistas, esto se debe a que el alcohol puede desatar trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF), los cuales pueden afectar en el crecimiento facial en el útero y generar daños en el cerebro.
Si bien, anteriormente ya se habían compartido estudios que sugerían alteraciones en la nariz de los niños, este se diferencia porque además incorpora el consumo previo al embarazo.
“Yo diría que la cara es un ‘espejo de salud’, ya que refleja la salud general del niño”, dijo al citado medio el doctor del Centro Médico Erasmus de Rotterdam, Gennady Roshchupkin, “la exposición de un niño al alcohol antes de nacer puede tener importantes efectos adversos”.
“Si una madre bebe regularmente una gran cantidad, esto puede dar lugar al TEAF, que se refleja en la cara de los niños”, añadió, para luego aclarar que aunque no existe una cura, un diagnóstico precoz puede ser útil para mejorar el desarrollo mediante fármacos y terapias médicas.
Entre los síntomas de estos trastornos se incluyen dificultades para el aprendizaje, problemas de memoria, hiperactividad, retrasos en el habla y complicaciones en la vista, la audición y el corazón, según detalla la página web de Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Beber alcohol antes del embarazo alteraría el rostro del bebé, según la Inteligencia Artificial
Los investigadores detallaron que solo una copa de vino a la semana podría influir en el aspecto facial de los pequeños, alteraciones que se mantendrían a medida que crecen.
Para sacar estas conclusiones, utilizaron un programa de Inteligencia Artificial con el que analizaron imágenes tridimensionales de más de 3.000 niños de nueve años y casi 2.500 de trece. Asimismo, le pidieron a sus madres que llenaran un cuestionario.
“Es posible que, a medida que el niño envejece, estos cambios disminuyan o queden ocultos por los patrones normales de crecimiento, pero eso no significa que desaparezcan los efectos del alcohol sobre la salud”, dijo Roshchupkin, “por lo tanto, es fundamental subrayar que no existe un nivel seguro de consumo de alcohol durante el embarazo”.
Una imagen comparativa muestra las alteraciones en tres columnas verticales. En la primera (la de la izquierda) se ven las variaciones antes del embarazo, mientras que en la segunda y la tercera (la central y la derecha), en el durante.
Las zonas azules representan las áreas de la cara que sobresalen, mientras que las rojas aluden a las que están hundidas.
Aun así, otros académicos como el profesor del University College de Londres, Matt Sydes, no confían en la veracidad total del estudio publicado en Human Reproduction.
“Una de las principales limitaciones es el posible sesgo de recuerdo en la notificación de los niveles de consumo de alcohol, o incluso la notificación deliberadamente errónea”, destacó, “el consumo de alcohol autodeclarado es quizá poco fiable, y esto puede ser más pronunciado en un grupo al que se le ha dicho repetidamente que no beba”.
Cabe destacar que siempre es recomendable acudir a un médico para evaluar cada caso particular.
Revisa la imagen comparativa a continuación.