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Columna de sismología: Illapel, el gran terremoto de Septiembre

En Septiembre de 2015 se produjo el terremoto Mw 8.3 de Illapel. Fue un movimiento enorme, que generó un tsunami y afectó las vidas de muchos. También fue un caso impactante desde el punto de vista científico. Acá lo revisamos.


Septiembre es un mes especial en Chile. Es uno de los meses más esperados del año, y ciertamente uno donde aparecen los únicos terremotos que podemos predecir el día de hoy. En la cuarta región se arma la fiesta más grande de la temporada: la fiesta de la Pampilla. En esa fiesta, como muchos saben, las personas de Coquimbo parten varios días antes del 18 de Septiembre a acampar a una zona elevada, y están allí por varios días. La fiesta incluye una inauguración oficial, y la presencia de famosos músicos de varios países. Es una tradición.

El 16 de Septiembre del 2015 la gran mayoría de las personas en Chile estaba esperando un fin de semana largo. Era miércoles, y las primeras luces de la fiesta ya aparecían. En la Pampilla estaba por comenzar la fiesta oficial, y las autoridades estaban dando sus discursos. Estaban por cortar la cinta cuando el suelo se empezó a mover... y no paró hasta más de dos minutos después.

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Un terremoto de magnitud Mw 8.3 se estaba desencadenando. El más grande en Chile en 5 años, y el mayor en la región de Coquimbo desde 1943. Como todo terremoto grande, este género una ruptura tremenda en la corteza: unos 200 km de largo por unos 80 km de ancho. Hubo zonas donde las placas se movieron más de 8 metros una respecto a la otra. Tremendo. Las ondas se sintieron en Buenos Aires, y en Mendoza asustaron a algunos presentadores de televisión que estaban al aire. En Santiago, todos los conductores en la TV mantuvieron la calma, e incluso algún invitado a un programa planteó que no era para tanto. Chile en una cáscara de nuez.

Pero un terremoto así es duro. Y en Illapel lo sufrieron mucho. Varias construcciones, que eran de adobe, sufrieron daños tremendos. Zonas más rurales y más pobres también vieron cómo las casas y algunos edificios sufrían. La reconstrucción en algunas zonas aún no se ha completado. Y es que siempre cuesta más fuera de las ciudades grandes. Pero lo peor estaba por venir. Las primeras olas del tsunami golpearon poco mas de 15 minutos después del terremoto. Pegaron fuerte en Los Vilos, donde las olas llegaron hasta la plaza, y en otras zonas de la IV Región. Como muchos tenían en la cabeza los errores del terremoto del Maule, entonces supieron ir a zonas altas de manera inmediata e instintiva. Es cierto, eso no es tan difícil de hacer en pueblos pequeños, pero ¿que pasó en las ciudades grandes? En La Serena no hubo una gran entrada del mar, ya que el tsunami no fue tan grande, pero más cerca de Coquimbo si que entró: barcos llegaron hasta el centro, y muchas personas lo pasaron muy mal al perder su sustento y/o sus hogares. Como el terremoto ocurrió cerca de las 8 de la tarde, cuando normalmente las personas se van a su casa y el centro está activo, esto era una receta para un desastre. Menos mal que muchos estaban en La Pampilla. "Sólo" hubo 15 muertos.

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En otras zonas costeras las alarmas de tsunami se activaron rápidamente. Un ruido infernal resonó en Viña del Mar y Valparaíso. En Viña en particular pasó algo complejo: muchos trataron de alejarse de la costa en auto, lo que generó tacos inmediatos, y el pánico se apoderó de muchos. Por suerte no llegó una ola destructiva allí. Pero si algo hubiese pasado, hoy estaríamos recordando a un número mucho mayor de compatriotas muertos. Aún nos falta por aprender.

Las ondas sísmicas siguieron hacia el sur, y también afectaron a los volcanes. En particular, el Copahue comenzó una nueva fase eruptiva poco más de dos semanas después del terremoto. Y el Nevados de Chillán comenzó su erupción (que sigue hasta hoy), menos de 4 meses después. Los dos volcanes están ubicados a más de 600 km de la zona de ruptura del terremoto, por lo que el impacto realmente no pudo haber sido tan grande. Por lo mismo, si es que el terremoto los afectó, pues significa que los volcanes son bastante más sensibles de lo que pensamos muchas veces. Y ese tipo de respuesta es algo que no vimos tan marcadamente después del terremoto del Maule, que fue unas 3 veces más grande. ¡Menos a tan larga distancia! Hoy estos son temas que se siguen estudiando.

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Otro detalle interesante es que el Terremoto de Illapel desbloqueó una zona que venía acumulando tensión por al menos 75 años, por lo que un terremoto de ese tamaño no era algo inesperado. Pero hubo algo más. La deformación que produjo el terremoto del Maule en todo Chile también impactó en el norte chico de Chile. Esto se puede ver en como se movieron las estaciones de GPS instaladas en la zona. Esta deformación, al parecer, ayudó a acelerar el proceso natural de desbloqueo de las placas, por lo que este megaterremoto pudo haber ayudado a desencadenar el evento de Illapel. Por lo mismo, todo lo que pasó con el terremoto de Illapel nos ha servido para entender mucho más sobre la dinámica de nuestros terremotos, y como estos afectan al resto. Pero no nos confundamos: nada de esto es algo predictivo. Lo que sí es que son muestras de que Chile es un laboratorio natural tremendo, donde la investigación científica también tiene implicancias sociales.

Tenemos mucho por aprender, y si nos apoyamos entre todos, claro que podemos hacerlo.

Cristian Farías Vega es doctor en Geofísica de la Universidad de Bonn en Alemania, y además profesor asistente en la Universidad Católica de Temuco. Semanalmente estará colaborando con La Tercera aportando contenidos relacionados a su área de especialización, de gran importancia en el país dada su condición sísmica.

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