Cómo Chile se convirtió en el hogar de la mayor comunidad de palestinos fuera de las fronteras árabes
Cerca de 500.000 palestinos viven en el país y se han insertado exitosamente en la sociedad chilena. No obstante, el camino no fue del todo fácil y vivieron episodios de discriminación que parecen repetirse a raíz del ataque de Hamás.
Velatones, conversatorios y concentraciones son las actividades que ha estado realizando la numerosa comunidad palestina que vive en Chile, a raíz del último y violento conflicto que se desató, cuando el grupo militante Hamás atacó a Israel el pasado 7 de octubre.
Se estima que son cerca de 500.000 personas palestinas las que viven en el país —correspondientes a cinco generaciones— que escaparon de las distintas etapas que ha tenido el conflicto palestino-israelí, y que han logrado insertarse exitosamente en la sociedad chilena.
Pero su preocupación es evidente: además de estar viendo, desde lejos, las atrocidades de la guerra, muchos de los miembros de la comunidad palestina todavía tienen familiares viviendo en las zonas de riesgo o en territorios cercanos.
“Estamos muy conmovidos con lo que está ocurriendo en Gaza, muy afectados con las imágenes que llegan desde allá”, aseguró Diego Khamis, director ejecutivo de la Comunidad Palestina en Chile, a BBC Mundo.
Pero, ¿por qué tantos palestinos eligieron a Chile como su país de destino, al escapar del conflicto?
Cómo la comunidad palestina llegó a Chile a través de los años
El reportaje de BBC dató que el fenómeno migratorio palestino partió a fines del siglo XIX, cuando la región de Palestina pertenecía al Imperio Otomano y se vivía una crisis económica, junto con una dura represión a los primeros movimientos nacionalistas árabes.
En ese contexto, América era un continente visto como un “mundo nuevo” lleno de oportunidades, por lo que emigrar era muy atractivo para los jóvenes palestinos.
Así, un grupo numeroso viajó a Europa por tierra y por mar hasta Buenos Aires. Algunos se quedaron ahí, no obstante, otros prefirieron cruzar los Andes y llegar a Chile (según el libro El mundo árabe y América Latina, entre 1885 y 1940, los árabes que llegaron al país sumaban entre 8.000 y 10.000).
Esa fue la primera de muchas otras olas migratorias que sucedieron: tras la desintegración del Imperio Otomano, la Segunda Guerra Mundial y la creación de Israel en 1948 (donde 750.000 palestinos huyeron o fueron expulsados por tropas judías de sus tierras).
En ese momento, Chile era un país joven y en desarrollo que necesitaba consolidar su economía, por lo que necesitaba inmigrantes en su ecuación, y aunque la élite chilena apostó por los europeos, muchos árabes y palestinos aprovecharon el impulso.
Además, según el académico del Centro de Estudios Árabes de la Universidad de Chile, Ricardo Marzuca —en una entrevista con BBC de 2021— el clima de Chile es muy similar al de Palestina, un factor que habría incidido en su asentamiento.
Cómo recibió Chile a los palestinos
La comunidad palestina se asentó exitosamente en el país. Marzuca aseguró que la industria textil fue su fuerte: comenzaron como vendedores ambulantes, después se insertaron en el pequeño comercio y hoy son dueños de grandes negocios en el sector financiero.
Pero tras la apertura de la economía entre los 80 y 90, los palestinos se expandieron a otro tipo de negocios: financiero, inmobiliario, agrícola, viñatero, alimentario y prensa. Así surgen, por ejemplo, organizaciones benéficas, culturales, e instituciones como el equipo de fútbol Club Palestino.
En Patronato, abrieron una variedad de restaurantes donde ofrecen comida típica a sus compatriotas, pero también a los paladares de los chilenos.
Además, distintos líderes políticos, senadores, diputados, alcaldes y concejales también son parte de la comunidad: “Lo más interesante de la comunidad palestina en Chile es que están plenamente integrados como chilenos pero al mismo tiempo está intrínsecamente conectada hacia su madre tierra. Y la causa palestina está viva en sus vidas”, aseguró Vera Baboun, embajadora palestina en el país.
No obstante, no todo fue fácil. Los palestinos sufrieron rechazo de una parte de la población chilena, en especial durante los primeros años de migración. Les decían “turcos” (una nacionalidad equivocada que hirió los sentimientos de la comunidad), influidos por la clasificación de raza que hicieron los europeos.
“Hubo un rechazo de ciertas élites, de la alta sociedad chilena, donde los palestinos eran mal vistos. Se decía que no aportarían a la sociedad, que eran ambiciosos, licenciosos desde el punto de vista sexual”, mencionó Marzuca.
Y a pesar de que la “turcofobia” pasó con los años, la comunidad aseguró que volvieron a sentir discriminación en Chile a raíz del ataque de Hamás a Israel.
“Con este episodio empezamos a ver rasgos de palestinofobia, de discriminación por origen, que no veíamos hace mucho tiempo”, aseguró Diego Khamis, quien también agregó que Hamás no es parte de la Organización para la Liberación de Palestina y que, como comunidad, están en contra de la violencia como un método válido de acción política.
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