Cómo China se está infiltrando en las fuerzas de Taiwán (y qué están haciendo para combatir el espionaje)

En enero de 2025, un general retirado de las fuerzas de Taiwán fue acusado de realizar espionaje militar junto a otras cinco personas.

El uniformado en cuestión se llama Kao An-kuo, de 80 años.

Los fiscales alegan que crearon un grupo armado para colaborar con las tropas de China, en pos de una potencial invasión contra Taiwán.

Cabe recordar que la República Popular China (RPC) presidida por Xi Jinping considera que la isla es parte de su territorio, lo que es rechazado por los líderes locales.

Durante los últimos años, Pekín ha intensificado sus ejercicios militares alrededor de Taiwán y ha persuadido a varios de los aliados diplomáticos de Taipéi para que dejen de brindarle su apoyo.

Previamente, en 2021, Kao había realizado un video en el que llamó a las fuerzas taiwanesas a derrocar al gobierno.

En ese entonces, el partido en el poder era el Partido Progresista Democrático, el mismo que consiguió la continuidad en las elecciones presidenciales de principios de 2024.

Kao aseguró que el partido estaba lleno de “traidores étnicos”, que estaban vendiendo Taiwán a los intereses de Estados Unidos, en contra de la nación china.

Sus declaraciones no pasaron desapercibidas, pero tampoco sorprendieron a los habitantes locales.

El uniformado era conocido por ser el líder de un pequeño grupo pro-unificación, el cual había conseguido escaso apoyo.

Kao y las otras cinco personas han sido acusadas de acciones como rastrear ejercicios militares e informar los resultados de entrenamientos a agentes de Pekín.

De la misma manera, según rescata The Economist, las autoridades aseguran que han buscado reclutar a más colaboradores.

Se trata del veterano de mayor rango de las fuerzas de Taiwán que es acusado de espiar para el gigante asiático.

Sin embargo, no es el primer uniformado que se ha visto envuelto en un caso de estas características.

El mismo mes en que se presentaron las acusaciones contra Kao y las otras cinco personas, un grupo de veteranos fue acusado de presuntamente enviar fotos y mapas de la embajada de facto de Estados Unidos en Taipéi y de bases militares taiwanesas.

Se afirma que los destinatarios de ese material fueron agentes chinos.

En 2024, los tribunales locales procesaron a 64 personas por espiar para Pekín.

Según cifras rescatadas por el citado medio, dos tercios eran militares en activo o retirados.

Desde la Oficina de Seguridad Nacional de Taiwán reportan que los procesos judiciales se han cuadruplicado en los últimos cuatro años.

Un informe del gobierno asegura que, entre enero de 2022 y junio de 2024, han habido 1.706 casos en los que la inteligencia china ha intentado reclutar oficiales y soldados taiwaneses en línea.

Denuncian que las interacciones se han dado a través de canales como plataformas de juegos en línea y prestamistas clandestinos.

Aunque hoy buscan tanto a soldados rasos como a uniformados de alto nivel, en el pasado dirigieron sus esfuerzos a persuadir oficiales retirados.

Analistas consultados por The Economist explicaron que aquello se debió a que tendían a provenir de una generación que pudo haber huido del continente y a que muchos de ellos se identificaban como nacionalistas chinos y opositores a la independencia de Taiwán.

A esto se le sumó que el Partido Progresista Demócrata impuso recortes a las pensiones de los veteranos en 2018, lo que generó descontento entre ellos.

El general retirado de la Fuerza Aérea, Chang Yen-ting, afirmó que los veteranos resentidos por esa medida eran susceptibles a las propuestas de China.

Detalló que los agentes de Pekín se hacían amigos de ellos cuando realizaban viajes fuera de la isla y que los invitaban a hacer actividades como jugar golf o salir a comer.

De esta manera, dijo Chang, “los pelaban como una cebolla, capa por capa”, hasta que sintieran que estaban más alineados con ellos que con las autoridades taiwanesas.

Uno de los fiscales especiales que revisa casos de seguridad nacional en Taiwán aseguró que, actualmente, están buscando a militares más jóvenes.

Dijo que muchos de sus objetivos están endeudados y buscan formas de ganar dinero en línea.

Mientras algunos prueban en el juego, otros esperan conseguir préstamos de forma clandestina, a través de prestamistas ilegales que forman parte de bandas criminales.

Según el fiscal, China opera a través de intermediarios afiliados a esos grupos.

Así, les ofrecen cifras que pueden llegar al equivalente de unos 6.000 dólares, a cambio de lo que calificó como “información basura”.

Por ejemplo, podría ser la foto de los baños en una base de entrenamiento o un video diciendo que no quieren una guerra.

“Es increíble”, dijo el fiscal refiriéndose a la cifra, que en pesos chilenos se traduciría en casi 5,8 millones.

No obstante, después de ese primer pago, les piden que entreguen información cada vez más específica.

Pese a que los videos que han obtenido no han sido publicados, el fiscal sospecha que los agentes chinos podrían estar recopilándolos para utilizarlos en el futuro.

El abogado que ha trabajado en distintos casos de espionaje militar, Nie Ruiyi, planteó al citado medio que podrían utilizarse para comunicar a los civiles: “Mira, ni siquiera tu ejército es leal”.

Los agentes chinos también han recurrido a métodos como decirles que la guerra está a punto de estallar y que, si colaboran con Pekín, pueden mantener a sus familias a salvo.

Frente a esta situación, Taiwán ha adoptado múltiples medidas para combatir el espionaje y el reclutamiento de infiltrados entre sus filas.

Según su Ministerio de Defensa, la mayoría de los casos procesados han sido descubiertos mediante informes internos, lo que refleja que sus investigaciones han dado resultados.

Los tribunales taiwaneses también han impuesto sentencias más severas, lo que esperan que contribuya como una medida de disuasión.

Al ser consultados por el citado medio sobre este tema, el portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán de China, Chen Binhua, declaró que el Partido Progresista Democrático estaba utilizando una ley de seguridad nacional “malvada” para reprimir a los opositores que se inclinan a favor de Pekín.