Biblioteca de Ginebra
Cómo eran los terribles zoológicos humanos que ofrecían “espectáculos” en Suiza. Foto: Biblioteca de Ginebra.

Cómo eran los dramáticos zoológicos humanos que ofrecían “espectáculos” en Suiza

Los visitantes podían sacarse fotografías y recorrer las viviendas que recreaban estereotipos racistas. Asimismo, se erotizaba y denigraba a quienes vivían ahí.


Pese a que actualmente hay películas y obras de teatro que abordan esta temática, los zoológicos humanos existieron realmente y eran ampliamente alabados por las élites de la época en que se desarrollaron.

Así lo afirmó la doctora en Historia y Política Internacional del Instituto Universitario de Ginebra, Letizia Gaja Pinoja, quien recientemente publicó un artículo académico en el que abordó la historia de estos eventos racistas y discriminadores que tuvieron lugar en Suiza, aunque también en otros territorios de Europa y Occidente.

Biblioteca de Ginebra
Cómo eran los terribles zoológicos humanos que ofrecían “espectáculos” en Suiza. Foto: Biblioteca de Ginebra.

La historia de los zoológicos humanos que operaban en Suiza

Si bien, Ginebra es considerada actualmente como una de las capitales de los Derechos Humanos a nivel mundial —debido a que ahí se encuentra la sede europea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)— , en 1896 se acogió un zoológico humano durante la Segunda Exposición Nacional Suiza.

Según escribió Letizia Gaja Pinoja en The Conversation, ahí se estableció el primer Village noir del país. Si se hace la traducción al español, aquello se entiende como un “pueblo negro”.

Esta aldea situada a pocas calles de la plaza central de la ciudad, la Plaine de Plainpalais, era habitada por más de 200 senegaleses, mientras que por un periodo de medio año, los visitantes podían pagar para observar la vida de estas personas.

Incluso, las ceremonias religiosas de los originarios de Senegal (África) eran anunciadas como actos públicos y los turistas tenían la posibilidad de pasear por sus viviendas y sacarse fotografías con ellos.

Datos rescatados por la historiadora detallan que estos eventos “suscitaron múltiples opiniones”.

“Por un lado, surgieron voces críticas (...) este punto de vista ‘misionero’ demandaba respeto para los ‘nativos’ y su dignidad, al tiempo que atacaba los comportamientos de los visitantes supuestamente civilizados”.

No obstante, la especialista destacó que “el sistema general de zoológicos humanos no se cuestionó y la jerarquía racial se aceptó como una verdad” asumida.

Y a ello se le sumaba que existían grupos que alegaban que los senegaleses tenían “tiempo libre” para moverse por la ciudad, lo que según ellos podía desencadenar una “invasión negra”.

Biblioteca de Ginebra
Cómo eran los terribles zoológicos humanos que ofrecían “espectáculos” en Suiza. Foto: Biblioteca de Ginebra.

Más allá de Ginebra

Letizia Gaja Pinoja hizo hincapié en que estos actos no solo se dieron en Suiza, sino que también se extendieron por todo Occidente. De hecho, aseguró que hay registros históricos que aseveran que las exhibiciones humanas fueron “una forma de entretenimiento inventada a principios del siglo XIX en Gran Bretaña”.

Bajo esta línea, precisó que uno de los “espectáculos” más famosos fue el de una mujer africana llamada Sara Baartman, quien fue más conocida como la “Venus de Hottenton”.

Una película dirigida por Abdellatif Kechich y protagonizada por Yahima Torres está basada en su caso: Black Venus (2010).

“Debido a la forma poco convencional de su cuerpo, fue traída a Europa desde Sudáfrica para participar en una exposición. Este tipo de freak shows se extendió por Europa y Norteamérica, e incluía a personas consideradas diferentes por su inusual aspecto físico, incluidos el enanismo y el albinismo”, añadió la experta.

Asimismo, según su revisión, aparentemente se utilizó por primera vez el término “zoo humano” en una exposición étnica de nubios que se realizó en París en 1877.

En sus palabras, dicho concepto “revela la violencia” de estos eventos, los cuales sugirió que se hicieron más habituales en la segunda mitad del siglo XIX.

“Para el público que compraba entradas, la experiencia era comparable a una visita a un zoo normal; se trataba de observar ‘animales exóticos’. Como suele ocurrir con los animales, los organizadores recreaban el ‘hábitat natural’ de los sujetos con chozas de barro, ropas típicas y rituales”, explicó la especialista.

“Todo estaba destinado a alimentar el entusiasmo de los occidentales por lo exótico: erotizaban los cuerpos de las mujeres negras, deshumanizaban a los hombres negros y ‘demostraban’ su fuerza animal organizando, por ejemplo, combates de boxeo entre campeones occidentales y anfitriones africanos”.

Al mismo tiempo, también había eugenistas que utilizaban estos eventos para sostener teorías racistas, tales como el biólogo Emile Yung, quien durante la Exposición Nacional de Ginebra de 1896 hizo una conferencia en la que mostró a 15 personas del Village noir mencionado al principio de esta nota.

Ahí, el suizo comparó el color de su piel y el tamaño de sus cráneos, para así fomentar la idea de que existía un vínculo entre esos factores y las capacidades de los individuos.

El artículo académico de Letizia Gaja Pinoja asegura que “estas ideas se difundieron entre los maestros de escuela y contribuyeron a cristalizar y expandir los estereotipos racistas”.

Biblioteca de Ginebra
Cómo eran los terribles zoológicos humanos que ofrecían “espectáculos” en Suiza. Foto: Biblioteca de Ginebra.

“Los zoológicos humanos eran caldo de cultivo de estos. A los visitantes se les presentaba una representación inventada de África que deliberadamente degradaba y denigraba a los africanos”, enfatizó.

Y junto con ello, subrayó que “a diferencia de otros países, Suiza no interrumpió sus exhibiciones humanas durante el periodo de entreguerras”, hasta el punto en que en la década de 1960 el circo nacional Knie todavía presentaba las “Völkerschauen”.

Tales eventos incluían “la exhibición de esquimales, indios católicos, ‘egipcios misteriosos’ o personas con albinismo”, lo que según la experta responde a “la falta de un proceso de descolonización” en el país europeo.

“Suiza nunca ha asumido su mentalidad colonial ni sus representaciones y discursos racistas”, manifestó, para luego sentenciar que “hablar de los zoológicos humanos es un paso crucial para que la sociedad tome conciencia de su pasado (...) engendra una reflexión más amplia sobre los legados del colonialismo en la actualidad”.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.