Cómo es la técnica Feynman, el método creado por un Nobel para aprender cualquier cosa

Estudiar para un examen o una presentación de trabajo es una acción a la que nos enfrentamos repetidamente a lo largo de nuestra vida, pero por más cercanía que tengamos con ella, hay veces en que puede ser muy agobiante.

Cuando eso sucede, son muchos los que recurren a la memorización para almacenar la información que se desea aprender. Sin embargo, esto solo ayuda a retenerla de forma temporal, por lo que después de un par de semanas, esos conocimientos terminan quedando en el olvido.

Afortunadamente, existe otra herramienta que permite aprender cualquier cosa de forma rápida y efectiva por más complicada que sea la materia. Se trata de la técnica Feynman.

El método Feynman fue creado por el científico estadounidense y premio Nobel de física en 1965, Richard Feynman.

El investigador, ampliamente reconocido por sus aportes a la mecánica cuántica y considerado uno de los mayores divulgadores del siglo XX, también se desempeñó como profesor de física.

Fue en su faceta de profesor donde notó lo importante que era que sus alumnos tuvieran más cercanía con los temas complejos que abordaba en las clases, por lo que comenzó a aplicar el método que había desarrollado en sus años como estudiante de la Universidad de Princeton.

La clave de su técnica de estudio se basa en simplificar la información para que cualquier persona pueda comprenderlas, usando ideas breves y un lenguaje cercano.

Desde la visión de Feynman, si consigues explicar de manera sencilla y efectiva un tema complicado, es porque lo entiendes y has adquirido los conocimientos en lugar de solo retenerlos por un determinado lapso de tiempo.

De acuerdos la BBC, el método desarrollado del premio Nobel de física establece que, para conseguir un aprendizaje exitoso de cualquier cosa, debes seguir los siguientes pasos:

Para aplicar esta técnica no es necesario centrarse únicamente en temas relacionados a las matemáticas o física, sino que puede abarcar cualquier otro que desees.

Lo importante es que tengas claro cuál es el concepto específico y que lo anotes.

Este paso es esencial para descubrir cuánta información dominas sobre el tema elegido. En términos simples, se basa en explicar la información tal como si estuvieras relatándola a un niño o alguien poco familiarizado con eso.

Lo ideal en este paso es que, mientras escribes del tema en un papel, procures usar palabras sencillas o que uses cotidianamente.

Es altamente probable que en el paso anterior te hayas dado cuenta fácilmente de las lagunas de información en el tema elegido.

Si ese es tu caso, no debes preocuparte. Es en este instante cuando debes volver al material de estudios, que pueden incluir libros, notas o videos, y repasar lo que aún no has logrado comprender. Luego de estudiarlo, intenta plasmar el concepto en un papel usando vocabulario sencillo.

En ese paso debes hacer una revisión a todo lo que escribiste y verificar que no has usado jergas o palabras complejas para explicar algo que realmente no dominas.

Si aún hay detalles que suenan complejos o confusos, debes volver al paso 2 y 3 todas las veces que sea necesario.