Cómo fue el intercambio de misiles entre Israel y Hezbolá que agrava la guerra de Gaza (y mantiene a Medio Oriente pendiente de una escalada)

A primera hora del domingo, el grupo paramilitar Hezbolá lanzó cientos de cohetes y aviones teledirigidos contra Israel.

Como respuesta inmediata, el ejército israelí afirmó haber atacado Líbano con unos 100 aviones “de manera preventiva” para frustrar un ataque de mayor envergadura, en uno de los mayores enfrentamientos en más de 10 meses de guerra en la frontera.

Los misiles dibujaron parábolas en el cielo al amanecer, con oscuras estelas de vapor tras ellos, mientras sonaba una sirena antiaérea en Israel y varias explosiones iluminaban el horizonte, mientras el humo se elevaba sobre casas de Khiam, en el sur del Líbano.

Según reporta Reuters, se confirmaron al menos tres muertes en el Líbano y una en Israel, donde la agencia indica que los daños parecían limitados.

Hezbolá señaló que aún no planeaba nuevos ataques, mientras que el ministro de Asuntos Exteriores de Israel dijo que el país no buscaba una guerra a gran escala en Medio Oriente.

Sin embargo, el primer ministro Benjamin Netanyahu advirtió: “Este no es el final de la historia”.

Cualquier escalada importante de los combates, que comenzaron paralelamente a la guerra de Gaza, podría convertirse en una conflagración regional.

Según los analistas, esto eventualmente atraería a Irán, aliado de Hezbolá, y a Estados Unidos, principal sostenedor militar de Israel.

Los ataques del domingo ocurrieron mientras los negociadores se reunían en El Cairo en un último esfuerzo por poner fin a los combates en Gaza.

El grupo libanés apoyado por Irán dijo que había disparado unos 320 cohetes Katyusha contra Israel.

Los Katyusha son misiles inicialmente fabricados por la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial, más frágiles en comparación con los cañones de artillería, pero económicos, fáciles de producir y además se pueden usar en cualquier chasis.

Hezolá aseguró haber alcanzado 11 objetivos militares en lo que denominó la primera fase de sus represalias por el asesinato por Israel de Fuad Shukr, un alto comandante, el mes pasado.

Hezbolá retrasó esta acción para dar tiempo a las conversaciones de alto el fuego en Gaza, dijo un responsable del grupo, que añadió que había calibrado su respuesta para evitar desencadenar una guerra a gran escala.

Por su parte, el ejército israelí dijo que había frustrado un ataque mucho mayor con ataques aéreos preventivos tras evaluar que Hezbolá se estaba preparando para lanzar la andanada, utilizando 100 aviones para atacar más de 40 puntos de lanzamiento de Hezbolá en el sur de Líbano.

Los vuelos desde y hacia el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv, en la costa del Mediterráneo de Israel, fueron suspendidos durante unos más de una hora y media.

Algunos vuelos desde y hacia Beirut se detuvieron, dejando a los pasajeros atrapados. “Solo quiero salir de aquí como sea”, dijo Rana Saade, una libanesa residente en Nueva Jersey.

Una fuente de seguridad en Líbano dijo que al menos 40 ataques israelíes habían alcanzado varias ciudades del sur del país en uno de los bombardeos más intensos desde que comenzaron las hostilidades en octubre.

Uno de los ataques contra la ciudad de Khiam mató a un combatiente del grupo chií Amal, aliado de Hezbolá, dijeron a Reuters dos fuentes de seguridad. Amal anunció posteriormente su muerte.

Otro ataque israelí contra Al Tiri mató a otras dos personas, según una fuente de seguridad y una fuente médica. Hasta el momento no estaba claro si se trataba de combatientes o de civiles.

La Casa Blanca dijo que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, estaba siguiendo los acontecimientos.

“Seguiremos apoyando el derecho de Israel a defenderse y seguiremos trabajando por la estabilidad regional”, dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Sean Savett.

Estados Unidos no participó en los ataques israelíes del domingo, pero proporcionó información sobre la llegada de ataques de Hezbolá, según detalló un funcionario estadounidense.

Los negociadores del alto el fuego y de los rehenes en Gaza debatían el sábado en El Cairo nuevas propuestas, con las que tratan de salvar las distancias entre Israel y Hamás, mientras la ONU informó de un deterioro de las condiciones humanitarias, con un aumento de la desnutrición y casos de polio.

Ataques israelíes en Gaza mataron el sábado a 50 personas, según las autoridades sanitarias palestinas.

Las víctimas de las hostilidades de las últimas 48 horas siguen tiradas en las carreteras, donde continúan los combates, o atrapadas bajo los escombros, informaron las autoridades.

Una delegación de Hamás llegó el sábado para estar más cerca a la hora de revisar cualquier propuesta que surja en las principales conversaciones entre Israel y los países mediadores Egipto, Qatar y Estados Unidos, dijeron dos fuentes de seguridad egipcias.

Meses de conversaciones intermitentes no han logrado hasta ahora un avance que ponga fin a la devastadora campaña militar israelí en Gaza o libere a los rehenes secuestrados por Hamás en el ataque del 7 de octubre que desencadenó la guerra.

Según fuentes egipcias, las nuevas propuestas incluyen compromisos sobre puntos pendientes, como la seguridad de zonas clave y el regreso de la población al norte de Gaza.

Sin embargo, no hubo señales de ningún avance en los principales puntos conflictivos, como la insistencia de Israel en mantener el control del llamado corredor Filadelfia, en la frontera entre Gaza y Egipto.

Hamás ha acusado a Israel de dar marcha atrás en los puntos que había acordado previamente en las conversaciones, lo que Israel niega. El grupo además dice que Estados Unidos no está mediando de buena fe.

En Israel, el primer ministro Benjamín Netanyahu se ha enzarzado con los negociadores del alto el fuego israelí sobre si las tropas israelíes deben permanecer en toda la frontera entre Gaza y Egipto, dijo a Reuters una persona con conocimiento de las conversaciones.

Un funcionario palestino familiarizado con los esfuerzos de mediación dijo que era demasiado pronto para predecir el resultado de las conversaciones. “Hamás está allí para discutir el resultado de las conversaciones de los mediadores con los funcionarios israelíes y si hay algo que sugiera un cambio en la postura de Netanyahu sobre llegar a un acuerdo”, dijo el funcionario.

La guerra está empeorando aún más la difícil situación de los 2,3 millones de habitantes de Gaza, casi todos ellos sin hogar, albergados en tiendas de campaña o refugios entre las ruinas, con una malnutrición galopante y la propagación de enfermedades, lo que además pone en peligro la vida de los rehenes israelíes restantes.

El ataque del 7 de octubre mató a 1.200 personas, según los recuentos israelíes. La campaña israelí en Gaza ha matado a más de 40.000 personas, según las autoridades sanitarias palestinas.

La agencia humanitaria de la ONU, OCHA, informó el viernes de que la cantidad de ayuda alimentaria que entró en Gaza en julio fue una de las más bajas desde octubre, cuando Israel impuso un asedio total.

La OCHA señaló que en julio el número de niños con desnutrición aguda en el norte de Gaza fue cuatro veces superior al de mayo, mientras que en el sur, más accesible y donde los combates son menos graves, el número se duplicó con creces.

La Organización Mundial de la Salud informó el viernes de que un bebé de 10 meses había quedado paralizado por la poliomielitis, el primer caso en el territorio en 25 años, lo que hace temer un brote más amplio dada la falta de saneamiento adecuado para las personas que viven en las ruinas.