Cómo se originó el estereotipo de “la solterona”
Según una experta, el concepto comenzó a aparecer en las obras del novelista y dramaturgo francés Honoré de Balzac.
Aparece de vez en cuando en películas, libros y en letras de canciones. Hasta puede que haya en las conversaciones cotidianas que has mantenido con algún amigo o familiar.
Hablamos del estereotipo de “la solterona”, que comúnmente se expresa para hacer referencia a aquella mujer de mediana edad, que ha estado por mucho tiempo sin pareja y que no tiene vida sexual.
La mayoría de las veces se le asocia a otras características negativas, como que es malhumorada, infeliz, fría y de aspecto físico poco agraciado.
Aunque podría parecer un concepto inofensivo a simple vista, en ocasiones es usado para estigmatizar y denostar a esas mujeres adultas que por razones personales no tienen contemplada la maternidad en sus planes de vida. O también, para aquellas que están tranquilas viviendo la soltería o sin contraer matrimonio.
Pero, ¿de qué manera surgió esa representación?
Cómo nació el estereotipo de “la solterona”
Según explicó en el sitio The Conversation Loup Belliard, experta en literatura del siglo XIX y estudios de género, las primeras apariciones de la “la solterona” están en el trabajo del novelista francés Honoré de Balzac, quien incluso tiene una novela del mismo nombre.
La especialista apunta que es probable que esa imagen haya surgido por una razón muy particular: el dramaturgo mostraba una profunda aversión hacia el celibato, pues creía que era “contrario a la sociedad”.
Belliard sugiere que, si bien el rechazo hacia el celibato no fue algo nuevo en aquella época ni creado por Balzac, en realidad fue quien comenzó a darle espacio a la figura “la solterona” en los personajes de sus libros.
En la novela La solterona, por ejemplo, Balzac se mofaba de una mujer que no podía casarse. En tanto, en otras como El cura de Tours y Pierrete, el autor exhibe a dos solteras con las características con las que se le han retratado históricamente -amargada y de aspecto poco agraciado- y que buscan arruinar a otros.
La experta menciona que Balzac derechamente cuestionaba la decisión de no maternidad de esas mujeres, algo que era considerado antinatural en esos años.
Al mismo tiempo, las representaba incapaces de tener amor por sus parejas y sus familiares, hasta el punto en que algunos de sus personajes femeninos parecían estar dispuestos a perjudicar a sus propios familiares para lograr sus objetivos.
De esa manera, el novelista francés daba a entender a sus lectores que una mujer soltera era alguien manipuladora, casi maquiavélica, pues significaba una gran amenaza para el núcleo de la familia.
Pero eso no es todo. Desde la perspectiva de Belliard, el escritor reflejaba que la soltería en una mujer también la podía despojar de su femineidad, lo que le daba características más andróginas.
Adicionalmente, la experta señala que “el rol de los solteros en la sociedad” es un fenómeno que aún no ha sido lo suficientemente investigado en las ciencias humanas y sociales, por lo mismo nuevos estudios deberían avanzar hacia ese camino.
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