¿Cómo sobrevivieron los niños perdidos en la Amazonía colombiana?: “La selva los salvó”

Un milagro. Así celebraron los medios colombianos la aparición de los cuatro niños indígenas que estuvieron 40 días a la deriva en una selva casi inexplorada y completamente salvaje. Y es que nadie se explica cómo los menores de 14, nueve, cuatro y un año de edad sobrevivieran no solo al choque de una avioneta, sino a la despiadada naturaleza donde deambularon.

Nadie excepto un indígena ticuna y experto en cuidados de la selva, Alex Rufino, quien afirma que los niños no sobrevivieron a la selva, sino gracias a ella y a la sabiduría de las poblaciones indígenas que tienen un estrecho vínculo con la naturaleza.

Alex Rufino relató a la BBC que durante esos largos 40 días, los niños fueron vulnerables: el alimento era escaso y sin duda estuvieron en contacto con animales que podían ser beneficiosos, pero también otros que podrían haberlos matado, como los jaguares, anacondas y las serpientes verrugosas, que son una de las venenosas más grandes del continente.

La selva donde se perdieron es “muy oscura, muy densa, donde están los árboles más grandes de la región. Es una zona que no ha sido explorada. Las poblaciones son pequeñas, y están al lado del río, no en la selva”.

Sin embargo, para el académico, la clave de la sobrevivencia de los menores fue estar en sintonía con la naturaleza, “protegidos por la selva”. Y es que, desde pequeños, habían aprendido de sus padres a cazar, recolectar frutas y aprender a diferenciar qué es peligroso y qué no.

“Cada árbol, cada planta, cada animal indica dónde estamos, qué hay disponible y cuáles son las amenazas. Y los niños saben interpretar eso”, explicó el especialista.

También ejemplificó que los micos, que son unos monos de cola larga y que se alimentan de forma parecida a los humanos y que tiran alimento al piso, probablemente fueron una gran ayuda en situaciones extremas como las que vivieron los pequeños.

“El ejército ha dicho que parte de la dificultad para encontrarlos fue que los niños estaban en movimiento. ¿Por qué lo hacían? Porque uno en la selva no puede quedarse quieto. Por instinto, te mueves”, aseguró.

“Ellos con seguridad encontraron muchas hojas húmedas y pequeños riachuelos, de los que no necesariamente se puede beber. Pero hay hojas que permiten purificar el agua”, especuló Rufino.

En esta línea, también afirmó que los niños podrían haberse limpiado el cuerpo con hojas, cuya composición hace que los zancudos e insectos no ataquen tan fuerte. “A esa edad, a los 14, ya se tiene ese tipo de sabidurías claras”.

Sobre su alimentación, el experto cree que es posible que hayan tenido que comer algún tipo de gusano, e incluso las sobras que dejan los jaguares. Pero, sobre todo, está seguro que comieron frutas, como manzanillas, que ayudan a no deshidratarse y a tener energía.

“Uno nunca piensa que se va a morir: se concentra en avanzar”, agregó. “Los niños no estaban perdidos, porque estaban en su entorno, que conocen y saben manejar. Estaban perdidos en el sentido de que no habían encontrado su lugar, donde está su familia”.