Cómo Steve Jobs imaginaba la Inteligencia Artificial

Una mente creativa y visionaria, que ya había anticipado la aparición de la Inteligencia Artificial (IA), como ChatGPT, 40 años atrás. Se trata del líder de tecnología, detrás del gigante Apple, que falleció a los 56 años: Steve Jobs.

Y aunque no podemos conocer qué opinaría del surgimiento de los polémicos chatbots que hoy están robándose las pantallas del mundo, hay un discurso recuperado por Steve Jobs Archive donde, muy adelantado a la época, en 1983 pensó cómo funcionaría esta tecnología y cómo podría beneficiar la vida de las personas.

Era el 15 de junio de 1983, en la Conferencia Internacional de Diseño en Colorado, Estados Unidos. Estaban un momento donde Apple ni siquiera había lanzado su famosa Macintosh, la primera computadora personal que también estrenaba el ratón o mouse, en lugar de la línea de comandos.

Entonces, Steve Jobs habló sobre cómo el acceso al conocimiento y la forma de comprender la vida en unos años más podría tener mucha influencia del aprendizaje de una máquina capaz de almacenar todo el conocimiento que puede adquirir una persona, una idea que, para los entendidos de la IA actual, suena muy parecida.

Para Jobs, una máquina con tal potencial podría ser “el próximo Aristóteles”. Explicó que en los próximos 50 o 100 años, el humano podría crear una máquina que capture el espíritu, principios o formas de ver el mundo de una persona, como el filósofo, que cuando muera siempre se le podría preguntar, ‘¿qué habría hecho Aristóteles?’.

Esto responde a lo que hoy hacen los chatbots: una herramienta capaz de entrenarse en base al conocimiento y datos generados por humanos que puede procesar toda esa información para generar una respuesta lógica, pero no solo de palabras, sino con ese detalle de personalidad que te da la impresión de que no estás hablando solo con un robot.

Jobs veía la IA como una “extensión” del conocimiento humano, que sabía que iba a ser complicada de lograr.

Incluso, creía que el aprendizaje de una máquina podía acompañar “toda la vida de la persona”, por lo que -a diferencia de ChatGPT- el bot debería conocer también los datos privados que se puedan acumular a lo largo de los años, algo que probablemente ningún gobierno permita que suceda.

Y es que es este mismo tema de privacidad de datos y seguridad de los usuarios el que tiene algo ralentizado el desarrollo de la IA.

El discurso de Jobs sin duda hace lamentar que, mentes como la suya, hayan dejado de existir antes de poder conocer su verdadera postura respecto a una ola de tal magnitud de tecnología como la que estamos viviendo hoy. Sin embargo, al menos tenemos ciertos atisbos del camino que él anticipó para convivir con los aclamados y temidos chatbots.