El paciente de un psiquiatra estaba conduciendo hacia su trabajo y se quedó dormido en un semáforo en rojo. Raro, pues aunque solo había dormido dos horas menos que de costumbre, y había estado tomando muchísimo café por varios meses para seguir con energía. Pero lo que no sabía, era que la cafeína había engañado a su cuerpo: su cerebro estaba sufriendo una peligrosa privación de sueño.
Y es que ningún medicamento conocido, ni la cafeína, puede revertir esta condición, que se caracteriza por sentir somnolencia todo el día, quedarse dormido con demasiada facilidad y que además puede resultar peligrosa al, por ejemplo, conducir un vehículo.
Cómo el café engaña al cuerpo
Una taza de café de aproximadamente 240 mililitros proporciona alrededor de 100 miligramos de cafeína. Y la dosis diaria “segura” está entre 400 y 500 mg de cafeína.
Dicho esto, el psiquiatra Richard Alan Friedman le explicó a The Washington Post que tomar café en exceso fue lo que provocó que el paciente se durmiera en el semáforo, pues su “sentido de alerta inducido” era ilusorio y su cerebro estaba “crónicamente privado de sueño, y solo fue engañado temporalmente por su fuerte consumo de cafeína”.
El especialista explicó este problema de manera sencilla: en el cuerpo, tenemos una sustancia química llamada adenosina que es la que regula nuestro sueño. Al despertar después de un sueño reparador, nuestro nivel de adenosina está en su punto más bajo.
Durante el día, la adenosina va subiendo y subiendo. De esta manera, por la noche, deberíamos tener un nivel suficiente de ella para que nos de sueño. Mientras durmamos, volverá a bajar para poder comenzar el día con energía y seguir su ciclo.
Ahora, la cafeína es el “villano” de la adenosina, pues bloquea sus efectos sedantes y hace que la persona se sienta estimulada y mentalmente alerta, acortando las noches normales de sueño.
Esto quiere decir que la adenosina no se elimina por completo del cerebro, por lo que se “acumulan” y, por ende, provocan una sensación persistente de fatiga, somnolencia y, además, deterioran la función cognitiva.
Ante ello, las personas suelen pensar que deben tomar más y más café para contrarrestarlo. Pero lo único que están haciendo es acumular más adenosina (más sueño) en su organismo, por lo que solo lograrán sentirse más cansados.
El especialista alertó que esta privación de sueño deteriora la capacidad del cerebro para consolidar la memoria, puede exacerbar la depresión y trastornos de ansiedad preexistentes y hacen que las personas en general estén más enojadas, irritables e impulsivas.